Caminando sobre los árboles (Baumwipfelpfad Neckertal)

Me adelanto a Luy escribiendo este post (lo siento, amore!), pero es que mejor escribirlo cuando aún lo tengo fresquito, que si no las cosas se me olvidan… :P

Hace unos días Luy me pasaba un link de la oficina de turismo de Suiza sobre un sendero para caminar por las copas de los árboles en el Neckertal, cerca de San Gallen; por lo tanto relativamente cerca de donde vivimos.

La cosa prometía y pintaba muy bien para ir este pasado domingo, porque es una atracción casi nueva (se inauguró apenas en mayo de 2018) y relativamente desconocida. Lo que significa que aún no está masificada (y no confío en que se masifique a causa de este blog que ya casi nadie lee, jajaja).

Yo tenía sólo un par de pegas o dudas. ¿Para qué negarlo? No sería yo si antes de que salga el grano no estuviera poniendo el parche y a negativa no me gana nadie, jajaja.

Pega/duda num.1)  «Sendero por las copas de los árboles» suena a algo muy alto y no precisamente ideal para la gente que sufrimos de vértigo o de VPPB….

La altura máxima del sendero es de unos 55 m sobre el nivel del suelo. Sí, está alto, pero no por ello es inestable. COMPROBADO. :D La estructura es de madera, por lo tanto apenas vibra y se menea menos que una metálica. Y en las zonas centrales del sendero, es más estable si cabe, así que si se sufre de vértigo posicional (dichoso VPPB mío), mejor ir por ahí hasta acostumbrarse. Y por supuesto no mirar hacia abajo en plan masoca, jajaja.

Pega/duda num. 2) ¿Hay que caminar mucho para llegar?:

Esto me preocupaba más, teniendo en cuenta cómo siguen sufriendo mis dedos pinrreleicos (qué bonito palabro acabo de inventarme, jajaja). Pero para mi alegría, fue una corta caminata de ascenso de unos 25-30 minutos, no demasiado dura, en un terreno bueno (nada de raíces de árboles, ni piedras sueltas), por el bosque así que se estaba fresquito). La hicimos para subir y para bajar y mis pies terminaron bien ¡Yupi! :D Me costó un poco la subida, porque tras dos meses si andar nada nada (ni para ir a hula, que es en llano), pues noto que no tengo forma física, pero bueno…. llegué con mis pinreles enteritos y bien. Ya me doy con un canto en los dientes….

En esta imagen podéis ver el recorrido andando desde la parada de tren hasta la entrada del sendero (donde pone «tramo 1»). El resto es el recorrido, en círulo, por el sendero sobre las copas:

 

Nuestra planificación fue la siguiente:

  • Medio de transporte:  Obviamente usamos el transporte público.

La SBB tiene además una oferta de ticket combinado en la que te ahorras algo de dinero (20% en el billete del tren y 20% en la entrada al sendero). Más detalles en este enlace: SBB – Neckertal Treetop Trail

 

  • Forma de llegar:  Nosotros elegimos una combinación de tres tramos:

Thalwil – Pfäffikon SZ – Wattwil – Mogelsberg

¡¡Atención!! porque en el último tren, hay que llamar la parada de Mogelsberg (en el tren hay botones para solicitar la parada). Es una cosa que me llama la atención de algunos trenes de Suiza, que tengas que llamar algunas paradas como si en lugar de un tren fuera un autobús, jajaja. Pero funciona. ;)

Una vez en Mogelsberg, nada más bajar del tren, te encuentras con un cartelón del Baumwipfelpafd Neckertal donde te dan la bienvenida y te cuentan que hay una pequeña caminata hasta el sitio. Está muy bien indicado, no tiene pérdida.

La caminata bien, no me resultó difícil y se iba fresquito por el bosque. :)

  • Una vez arriba….:

Arriba cambiamos nuestros tickets de SBB por la entrada al sendero, que normalmente cuesta 15 Chf.

Y empezamos a recorrer el sendero y disfrutar con las vistas (qué vistas!!), los árboles, la naturaleza y lo bien explicado y organizado que tienen todo los suizos….

Ojo, para el sendero por las copas sí hay que pagar entrada, pero en la parte de abajo hay una zona lúdica e interactiva para niños que es gratuita. Una auténtica pasada la de actividades divertidas que les ponen a los niños (y no tan niños). :D

Además, la zona está super bien acondicionada para hacer barbacoas y picnics. Al menos 10 o 15 sitios para hacer barbacoas conté. Y mesas de picnics a porrón…. Es decir, el sitio es ideal para pasar el día, yendo de excursión y barbacoa o picnic.

Nosotros no fuimos tan preparados y directamente nos compramos una salchicha cervelat y un refresco en el pequeño kiosco-bistró que hay allí mismo; por cierto que allí mismo te venden salchichas y los avíos para encender una de las barbacoas si quieres esa otra opción.

  • Otras cosas a tener en cuenta:

– El sendero está libre de barreras, es decir, es adecuado para ir con sillas de ruedas y cochecitos de niños.

– No admiten animales en el sendero (salvo perros de asistencia y perros-guías para invidentes), pero creo que tienen dos «cajas de espera» (Wartenbox) para dejarlos mientras visitas el sendero y has ido con tu amigo de 4 patas.

– Abren los 365 días del año (salvo que las condiciones meterológicas lo impidan), aunque evidentemente los horarios varían de verano a invierno, así que mejor comprobarlo en la web oficial del sitio: Baumwipfelpfad Neckertal

  • Nuestra experiencia:

Vinimos encantados, de verdad. :D

Y no, no nos llevamos comisión por la recomendación, jajaja. ¡Pero es que el tinglao este mola muchísimo! xD

Estamos decididos a regresar en otoño, que con los colores que gastan por aquí los bosques suizos, tiene que estar precioso…

¿Lo conocíais? ¡No seáis sosos y contadme vuestra experiencia con un comentario! :P

 

Mojete

Ingredientes:

– 1 lata de tomates enteros en conserva

– 2 latitas de atún (1 lata grande)

– 1/2 cebolla roja

– aceitunas negras

– 1 o 2 huevos duros (a gusto)

– sal

– aceite

– pan (pa mojar)

 

Preparación:

Sacar con cuidado los tomates de la lata y escurrirlos bien. Disponerlos en una fuente o bol desmenuzándolos a trozos. Irán soltando en la fuente el líquido del interior (es normal, jaja).

Escurrir el atún y desmigarlo sobre los tomates.

Cortar la cebolla roja y el huevo y repartirlos por encima junto con las aceitunas negras.

Salar y echar el aceite.

Mezclarlo todo con cuidado. Seguidamente, dejar reposar en el frigo unos 15-20 minutos mínimo o hasta la hora de servir, para que los sabores se amalgamen.

Notas:

Lo más fácil y más rico que he visto en mi vida. ¡Hasta el nombre lo tiene bonito!. :D

Eso sí, no le he puesto el apellido porque, por las redes, lo mismo le llaman «mojete murciano» que «mojete manchego». Hasta «moje», «moje de agua», etc.  No hay quien se aclare con el apellido, y como lo importante es que luego se va a mojar pan en la salsita que queda (de ahí el nombre de mojete), ¡qué más da…! xD

Yo le he tenido que poner el huevo cocido aparte y para mí sola (a Luy no le gustan). Por eso en la foto anterior, aunque los menciono, no aparecen ni debajo de los cortes más pequeños de cebolla, jajaja. Pero para mi plato, se lo puse. ;)

Ideal para estas calores horribles que estamos teniendo en Suiza y media Europa.

 

Sufriendo consecuencias

Imagino que ya habéis leído el post de Luy sobre nuestra excursión/ruta de senderismo de descenso Rigi Kulm a Arth Goldau.

Lo recomiendo totalmente. El post claro… la ruta es bonita, si no confiáis tanto en Google maps como hicimos nosotros y estáis en forma (física y mentalmente) para aguantar las 5 horas de descenso (pensábamos que eran sólo 2h30min).

Lo peor de un descenso así, cuando no se está preparado, son las consecuencias: al final del camino nuestro cuerpo (caderas y piernas principalmente) se negaba a seguir adelante. Totalmente paralizado, como si se hubiera topado con un muro de hormigón y no pudiera avanzar.

Al llegar a casa nos dolía todo: desde las pestañas hasta los pensamientos. xD

Fue cuando nos acordamos que nuestro Villa Poyaque es un duplex. ¡Vaya si nos acordamos en los días siguientes! Cada vez que nos tocaba ir a la ducha o a dormir… Sopesamos seriamente la idea de vivir abajo hasta que las agujetas pasaran; total, tenemos la cocina, un aseo y un sofá-cama abajo. Uhm… maldición… la ducha está arriba… jooo….. :S

Si os soy sincera, para mí las agujetas no eran lo peor. Esas sé que durarían 3 o 4 días… Ah, pero mis pies… :(

Mis pies, sobre todo las uñas de los dedos gordos, me empezaron a doler a las 3 horas de bajada. Al quitarme las botas en casa (1 de junio) vi que me habían salido algunas ampollas y el color de las uñas era rosita, pero un rosita raro. Además las sentía como postizas, como si no fueran mías: daban punzadas (mi corazón se había trasladado a mis pies?) y dolían.

Con el transcurrir de los días y a base de hielo, ibuprofenos y baños de agua y sal, el dolor ha ido menguando (que no desaparecido totalmente), pero la evolución de las uñas ha sido la siguiente: (ATENCIÓN: las imágenes a continuación no son aptas para miradas sensibles, jajaja. Si queréis las saltáis rapidito… :P).

 

A estas alturas logré encontrar un esmalte de uñas de un color casi igual a mis uñas, así que me pinté las demás para que no desentonaran. La carita de los clientes del Migros de Thalwil cuando me veían escoger color y agacharme para comprar con las uñas era un poema, jajajaja. Y seguimos…

Como véis esa última foto es de hoy mismo.

Para los que os lo estéis preguntando, sí, fui a mi doctora a que le echara un vistazo, allá por el día 12 de junio (un poco tarde, lo sé) . Y me dijo que mis uñas estaban siguiendo la evolución normal, es decir, se pondrían negras y terminarían cayendo. xD

La cuestión era saber cuándo y si volverían a salir; que habría que esperar y evaluar. Me dijo también que nada de pintarme esas uñas, supongo que por aquello de seguir la evolución, jajaja. Pero como no me dijo nada de las demás, pues por eso fui en busca de esta monada…

Así que la evolución «uñil» continúa. Obviamente no voy a poneros más fotos por aquí de la evolución, ya os he torturado bastante, jajaja. Sobre todo porque la cosa va para largo. La caída y regeneración de la uña puede llegar a los 6 meses mínimo y yo sólo llevo poco más de un mes y medio.

Pero vamos… la ruta y las vistas preciosas. xD

 

Volviendo a la infancia

¿Coleccionábais cromos de álbumes en vuestra infancia? Yo sí.

Tenía el clásico de David el Gnomo y La vuelta al mundo de Willy Fog, ambos de Danone. Por mi casa rondaba también el de dibujos de muñecas de Sarah Kay (toda una maravilla!) y alguno de la pertinente liga de fútbol (no recuerdo quién lo coleccionaba de mi familia). Sin duda alguna al que tengo más cariño y aún conservo como oro en paño, es uno que nos regalaron en mi cole, llamado «Cádiz, 3000 años de historia«. Creo que de ese no me desharé en la vida… .:_)

Coleccionar estampitas o cromos en un álbum tiene algo de vuelta a la infancia y grandes dosis de emoción. Abrir el sobre, ver los cromos, comprobar los que tienes repes y alegrarte como si no hubiera mañana cuando encuentras ese último que te falta….

Yo, por mi parte, he vuelto a esas emociones. :)  Como lo oís. Jajaja.

Pues sí, amigos… lo que se dice popularmente «a la vejez, viruelas».  xD

Siempre me ha llamado la atención esta muñeca Gorjuss de la editorial Santoro, aunque no fui nunca de tener tazas, bolsos, camisetas con ese dibujo. Ah… pero el álbum… el álbum es otra cosa… ;)

Me lo trajo Luy en febrero de este año como sopresa desde España en una de sus escapadas familiares. Y luego en una visita posterior fui a comprar cromos para intentar completarlo. Aún me faltan algunas estampas.

Por cierto, las anécdotas de entrar a comprar los sobres de cromos a los 42 años no tienen precio… La cara que se les queda a los quiosqueros y estanqueros cuando se compran 10 sobres de estampas y se dan cuenta de que no son para niña alguna («anda, qué feliz va a estar la niña con tanto sobrecito!» me decían), sino para una adulta hecha y derecha, es de risa… xD

Lo malo es que a ver dónde cambio yo ahora las repes que me salgan, porque en Suiza no venden el álbum y apostarse en las puertas de los colegios para cambiarlas levantaría muchas suspicacias hasta en España (hay mucho desaprensivo suelto y ya no es para fiarse).

Y vaya si tengo repes…. todo ese taco que véis es de estampas dobles y hasta triples.

Pero no me preocupa mucho. La ilusión cada vez que abro un sobre de estampas no la vivía desde que Danone dejó de hacernos levantar las tapas de los yogures… xD

¿Habéis vuelto alguna vez de esta manera a la infancia?

 

Recuperando un mueble

Con la mudanza de un piso a otro dentro de Thalwil, una de las cosas que tuvimos que hacer fue limpiar y organizar nuestro keller. Cuando nos fuimos, nos dimos cuenta que en el antiguo keller había un mueble que no era nuestro, ni creo siquiera que fuera de los chicos que ocupaban nuestro viejo piso antes que nosotros.

Era un mueble de cocina de madera, con dos puertas de cristal y dos baldas, aunque el mueble no venía con los apoyos para las baldas. Al menos tenía los boquetitos para ponerlos.

Le pregunté a mi vecina Pía y me dijo que a lo mejor fue de los anteriores a los anteriores, pero no lo tenía claro. Lo que sí sabíamos es que como no pertenecía al inventario de la casa, nos tendríamos que encargar nosotros de él.

En un principio, la opción lógica era deshacernos de él: darlo a algún conocido o llevarlo al Bröcki (versión suiza de las tiendas charity de UK). O ponerle la pegatina para que lo recogieran los de la basura.

Pero nunca fui de opciones lógicas. ;)

Lo miré y remiré y le ví unas posibilidades increíbles. Sobre todo porque no le vi señales ningunas de tener carcoma. Esos boquetitos minúsculos los conozco bien porque los había visto en algunos muebles viejos en casa de mi abuela. Como digo, no vi ninguno. Así que un punto positivo para el mueble… ;)

Al final me lo terminé llevando a Villa Poyaque (pos ya que subes…, pos ya que bajas….), porque en la nueva cocina hay una parte que no tiene muebles altos, y me vendría bien para guardar las tazas, teteras y botes de té.

Ese color madera, sin embargo, no iba conmigo. Era demasiado ochentero y nunca me gustaron los muebles en provenzal, jajaja.

En ese momento recordé un blog que sigo y que tiene transformaciones fantásticas de muebles. El blog de Delanina es uno de mis preferidos para proyectos de DIY. Hace cosas increíbles con muy poquitos recursos y por muy poco dinero, así que los consejos que me dio Nieves, vía email, para este mueble me fueron de una ayuda tremenda. ¡Muchísimas gracias! :D

Y allá que me lancé siguiendo sus sabios consejos, primero a fregotear bien el mueble, quitarle las puertas y desatornillar todos los imanes y bisagras que tenía. También lo lijé suavemente por algunas partes donde la madera estaba más áspera. El objetivo era preparar la superficie a pintar.

Luego me lancé a pintar en un tono blanco (tono neutro, sin mucho brillo). Fueron necesarias varias capas, ya no recuerdo; quizá tres o cuatro, puede que más. Algunas zonas chupaba bien la pintura, otras menos, aunque casi todas esas quedaron en interior donde posteriormente pondría papel, así que tampoco me comí mucho la cabeza repasando (o sí, hasta que me di por vencida…. que soy muy perfeccionista, jajaja).

Las baldas y puertas pasaron por el mismo proceso.

Cuando ya tenía todo pintado, le puse un papel adhesivo al fondo para que hiciera contraste. El papel lo compré en una tienda de la cadena danesa Søstrene Grene que me encanta. Tienen un poco de todo: decoración, lanas y agujas, complementos de cocina y baño, DIY, etc. Hace poco abrieron una primera tienda en Zürich en Rennweg y ahora tiene otra en el centro comercial de Sihlcity.

Llegados a este punto, reatornillé las bisagras y los imanes y coloqué las puertas. Para las baldas compré este cacharro que me ayudó a abrir un poco más los boquetes para los reposa-baldas. Los boquetes originales eran más pequeños que «los cositos» que yo había comprado para apoyar las baldas. Estuvo entretenido usar esta barrena. Es como un taladro, pero a lo manual…. xD

No quería que el mueble estuviera directamente sobre la encimera, así que le atornillé también unas patas que compré en Ikea. Seguro que los fans de la cadena sueca las reconocen, jajaja. Son de 16 cm lo que me permite tener ahora un botellero pequeño justo debajo y aprovechar espacio.

Y ya con las puertas, baldas y patas, el mueble quedó así…. ¡Tachán!

Como véis tengo mis dos teteras, las tazas, los distintos tipos de té y mi kettle bien guardaditos y sin embargo a la vista. Ahora cada vez que tomo un té o una infusión, miro mi mueble y me siento orgullosa de no haber ido a por la opción lógica… ;)

La paulatina transformación del mueble, también me sirvió en mi clase de francés, para explicar lo que había estado haciendo esos fines de semana, jajaja. ¿Por qué siempre preguntan lo mismo en cualquier idioma que estudie una? xD.

¿Habéis transformado alguna vez algún mueble o cualquier otro objeto? Yo, salvo unos CD’s viejos allá por 2006, cajas de cartón, y arreglar con arcilla polimérica mi tostadora… poco más.

Es una experiencia gratificante, la verdad. ¡Totalmente recomendable!

 

The G.B. Sewing Bee Vs. Maestros de la Costura

Llevo ya un tiempo queriendo hacer esta comparativa, porque no encuentro ninguna rondando por la red. Encuentro resúmenes de ambos programas, pero comparativas no (lo sé, las comparaciones son odiosas, pero a veces ayudan a decidir) ;)

Desde que empezó el programa español, Maestros de la Costura, todos aquellos que saben que me gusta coser me preguntan mi opinión. Mi respuesta es siempre la misma: «Prefiero el The Great British Sewing Bee, de aquí a Pekín«.

¿Por qué? Porque me gusta la costura, pero sin embargo no estoy obsesionada con el mundillo de la moda. Veo las tendencias en los escaparates de tiendas, algunas me gustan y me compro alguna prenda, pero seguirla como las locas, pues no. Prefiero piezas neutras y atemporales que duren muchos años y sean facilmente combinables, sin importar que sean de varias temporadas atrás. Tengo un par de camisetas que lo atestiguan (¿verdad Ana?) ;)

En cuanto a estos dos programas, a mi entender, uno te enseña lo que es el mundo de la costura (The Great British Sewing Bee) y el otro está más enfocado a moda y todo lo que hay detrás de las grandes firmas de moda y diseñadores (Maestros de la costura).

He intentado hacer un cuadro comparando ambos y que veáis las diferencias:

Siento que no se vea más nítido, me he estado peleando con los editores de imágenes, el Google Docs y el Vista Previa un buen rato (por no decir un par de días) :S

Las diferencias comienzan en la propia finalidad de los programas:

El Sewing Bee busca a aquellas personas anónimas que dedican horas y amor a la costura de forma anónima. Aquellos que tú y yo conocemos de manera privada: nuestras abuelas, nuestros vecinos, nuestros amigos, etc.  El premio es un reconocimiento público y el agradecimiento a las horas de dedicación y esfuerzo.

Maestros de la Costura parece más enfocado a sacar al nuevo diseñador de moda que será famoso en años venideros, al nuevo Versace, la nueva Coco Chanel, etc. El premio es un monto económico, un curso en una academia prestigiosa y la venta de una colección cápsula en unos grandes almacenes.

Es decir, mientras en el programa británico concursan por el mero placer de jugar, en el segundo se nota muchísimo más la presión de la competición. Esto influye mucho más en el ambiente entre los concursantes. Mientras que en el Sewing Bee son mucho más amigables y dispuestos a ayudarse unos a otros, en el programa español hay veces en que si las miradas mataran, las dagas volarían por el plató. A mí me da angustia verlos tan peleones, tan faltos de respeto y de modales en tantísimas ocasiones. Digamos que en el español prima el reality y los rifirrafes, más que la participación en las pruebas del concurso. Para muestra, tres botones:

Conste que a veces también los jueces españoles, se las traen. Parece que con algunos comentarios y valoraciones, les guste echar leña al fuego de este circo.

Una cosa que me despista muchísimo en el programa español es la organización de las pruebas. Nunca sé qué van a hacer. Sí, la estructura es de tres pruebas en ambos programas, pero en el español, la temática de las pruebas nunca me queda clara, salvo por saber que la primera es individual, la segunda por equipos y la tercera la eliminatoria. Pero en cuanto al tema que van a abordar no queda en ningún momento claro. Es como si cada prueba fuera a tratar un tema distinto. En una prueba te piden transformar una cortina en una prenda y en la siguiente tienes que reproducir al milímetro una cazadora de una casa de confección.

El Sewing Bee, ya desde el principio del programa, en la introducción que hace el presentador, te dejan claro si esa semana será manejar tejidos de algodón o lo que llaman tejidos técnicos (lycra, elastán, lamé, jersey, etc); si se decantarán por un tema como moda de los año 80, vestidos de otros países, etc. Y todas las pruebas girarán entorno a ese tema.

Como véis en el cuadro, la duración de los programas y de las pruebas es otra de las grandes diferencias entre una y otra versión. En el programa británico, de apenas 1 hora de duración total, los concursantes cuentan con bastante más tiempo para cada prueba (para algunas muy complicadas cuentan con hasta 5.5h y la ventaja de traer piezas precortadas de casa) , y aún así sufren una enormidad contra el reloj. Los noventa minutos (1.5h) de cada prueba en el MdlC se tornan insuficientes, sobre todo cuando les hacen reproducir fielmente prendas de alta costura….

Cualquiera que cosa, aunque sea un simple ojal o botón, sabe que la costura necesita tiempo y, sobre todo, paciencia y concentración. Tener detrás la presión del tic tac de los 90 minutos no ayuda a sacar ni una sola prenda mínimamente ponible. No me extraña que no las puedan acabar… lo que me sorprende es que los jueces se lo echen en cara. :O

Y como contradicción, para el poco tiempo que dan en las pruebas lo interminable que se hacen los programas españoles. Señores de la productora… ¿en serio? El programa más corto que haya visto en el MdlC es de 2.5h!!!! Yo soy D.F.M y lo podría aguantar porque mi tiempo lo reparto como quiero al día siguiente… pero los aficionados al programa que se tengan que levantar al día siguiente temprano, lo tienen muy crudo. Un poquito de compasión….

Precisamente lo que más me gusta del programa británico es de lo que carece totalmente el español. Esa intriga de saber cuál será el «garment of the week» o la pieza de ropa mejor de entre todas las realizadas por los concursantes. Algunas son una pasada por lo originales que son, otras por los sumamente bien ejecutadas que están.

Por supuesto, esto es una valoración personal y totalmente subjetiva. xD

Yo veo los dos programas, pero disfruto más el Sewing Bee que el de Maestros de la Costura. Digamos que con uno me entran ganas de quitarle la funda a mi máquina de coser, y con el otro tendría que tomarme un lexatin al terminarlo de ver… xD.

Aunque sí es cierto que el MdlC me ha enseñado a ver todo lo que hay detrás de las colecciones anuales de cada diseñador. Es de agradecer el esfuerzo que hace en mostrarnos el esfuerzo, sudor y trabajo detrás de cada uno de los modelitos de pasarela.

¿Y a vosotros, cuál programa os gusta o disfrutáis más?

Aberración de bol Poké

Ingredientes:

– Salmón (pieza de 200 gr cortada en lonchas gorditas)
– Calabacín (1/2)
– Arroz
– Remolacha cocida (1 cucharada)
– Col (4 o 5 hojas picadas)
– Salsa de Soja (3 o 4 cucharadas)
– Jengibre molido
– Zumo de Limón (1 cucharita)
– Semillas de sésamo tostado (1 cucharada)

Preparación:

Mezclar primero los ingredientes de la marinada: salsa de soja, jengibre, sésamo y chorrito de limón.
Añadir el salmón y revolver bien. Tapar y refrigerar unos 20-30 minutos.

Pasado ese tiempo, poner a hervir el arroz (previamente enjuagado). Cuando esté listo, apartar.

Mientras se cuece el arroz, ir salteando por separado los calabacines y la col. Si se quiere, saltear un poco también el arroz una vez cocido.

Disponer todos esos ingredientes, junto con la remolacha, en un bol de forma armónica y visual, tenidiendo en cuenta que la base tiene que se el arroz.

Pasar por la sartén el salmón (tiempo de cocción a gusto personal) y añadir al bol.

Regar el bol con una o dos cucharadas de la salsita sobrante de la marinada.

A disfrutar. :D

(ahí debajo está el arroz, palabrita…)

 

Notas:

Seguramente a estas alturas ya sepáis lo que es un bol poké. Se han puesto de moda y están en casi todos los blogs de cocina, desde los de alto renombre a los más humildes.

Os preguntaréis (o no xD) …. ¿Por qué he llamado a mi versión «aberración»?. Pues porque en realidad en el poké, al ser la versión hawaiiana del sushi, el salmón debería tomarse crudo. Yo, sin embargo, he preferido pasarlo por la sartén. ;) Así que muy ortodoxa no estoy siendo con la receta; es lo bueno de la gastronomía, la interpretación o re-interpretación que le puede dar cada uno. :)

Lo que sí os puedo decir, es que no es plato de comer caliente. Se toma templado o incluso en frío, así que es ideal para cuando empiezan a llegar las calores primaverales o veraniegas.

 

Nueva dermatitis para la colección: dermatitis shiitake

Algunos ya sabéis que mi piel es atópica, así que de vez en cuando me dan brotes de dermatitis y eccemas con los que tengo que batallar. Gracias a Dios, y digo esto cruzando los dedos, hace tiempo que no me da ninguno fuerte; aunque sí es verdad que mi piel sufre siempre de sequedad y tengo que estar continuamente hidratándola, sobre todo las manos (por fregar los cacharros que no puedo meter en el lavavajillas, supongo).

El caso es que cuando observo puntos rojos o granitos en la piel ya me saltan las alarmas. Pero cuando la piel reacciona como si me hubiera fustigado con un látigo, pues es algo a lo que no estoy acostumbrada, jajaja.

Una tarde de principios de febrero, me noté unas marcas en la piel del cuello y escote, como si me hubiera rascado.

Me resultó extraño, porque no recordaba haberme rascado en esa zona durante la mañana, pero no le dí la menor importancia. – «Quizá es la costura del cuello de la camiseta que llevo» pensé… «En un par de horas, cuando me ponga el pijama se habrá quitado«.

Cuando me fui a poner el pijama, me di cuenta, que las marcas (como de arañazos o de latigazos) ya no estaban sólo en el cuello y escote, sino sobre todo en la espalda (en toooda su extensión: de izquierda a derecha y de arriba a abajo).

Me quedé un poco con cara a cuadros y con la mosca detrás de la oreja. :O Pero como no me picaba ni nada, pues me fui a dormir con la esperanza de despertar bien por la mañana.

Por supuesto, la cosa no había mejorado a la mañana siguiente. Estaba igual. Si acaso, me escocían un poco cuando me rozaba la ropa. Aunque picar, no picaba.

Con todo y con eso, llamé por la mañana temprano a mi doctora y pedí cita, que me dieron para esa tarde a las 14h.

Al verme mi doctora (santa paciencia tiene conmigo la buena señora), lo primero que me preguntó…. «¿Te pica la piel? Porque tienes marcas de haberte rascado por el escote y por toda la espalda«… Le dije que no, pero ella insistía en la pregunta. Cuando se aseguró de que yo decía la verdad (jajajaja) me miró detenidamente, intentando averiguar qué demonios era eso que me recorría el cuerpo. Me sacó sangre para ver si no fuera un herpes o la varicela…. pero los resultados fueron negativos.

Ante esa situación, pidió cita urgente para que me examinara un dermatólogo que hay en Thalwil. Esa misma tarde me tocaba ir de nuevo a las 17h a una consulta de dermatología. Mi primera vez, ¡chispas!… xD

El dermatólogo, un chico joven, pero no más joven yo, me volvió a examinar y me preguntó mi historial dermatológico. Le dije que mi piel tiene tendencia a la dermatitis atópica, pero que ya tengo experiencia en detectar yo misma los brotes y que hacía mucho que no me salía uno, porque me cuido mucho la piel. Además, que aquello no tenía aspecto en absoluto de dermatitis atópica.

A él le extrañaba tanto o más que a mí que el patrón que seguía el sarpullido fuera como de marcas de latigazos o arañazos. Me preguntó si me picaba; le dije que no, que más bien a estas alturas ya (llevaba unas 48h con el sarpullido) me escocía más que me picaba. Me preguntó también qué había comido estos últimos días. «Uhm… no sé… rösti, coliflor al horno con bechamel, gnocchi con shiitake, ensalada caprese de tomate y mozarella…. lo normal. Nada de huevos, nada de salsa…. no soy alérgica a ningún alimento, salvo por una intolerancia al kiwi que hace décadas que no como….«.

Para cuando yo terminé mi parrafada, tenía al dermatólogo sonriendo y con los ojos como platos diciendo… «Nooooo, no puede ser… no puede ser…. joer, qué suerte tengo!» .

¿Perdón?

No, disculpa… es que creo que lo que tienes… no puede ser… (se sonreía él solo). No… sí…. no puede ser… creo que lo que tienes es una dermatitis por shiitake….  es mi primer caso. Cuando estudiaba en la facultad, una compañera de clase que estaba de prácticas en una consulta, nos dijo que le había llegado un caso de una mujer que había comidos setas shiitake en un restaurante chino y al cabo de 24-48h le habían aparecido marcas como las tuyas. Pero yo, personalmente, en toda mi vida profesional, no había visto ningún caso. Estoy feliz, es la primera vez que lo veo… .

Hombre, yo encantada de haberle alegrado el día (pensé, qué digo el día, la semana…..), pero a mí no me alegra tener este sarpullido. Que menos mal que mi marido no es celoso, que si no iba a pensar que el amante había sido muy bruto…. jajajaja.

Nos miramos los dos y nos tuvimos que reir, claro… xD

Por lo que he visto en internet y en la wikipedia la dermatitis shiitake fue detectada por primera vez en 1977 (es casi tan vieja como yo, bueno igual de vieja que Luy). Hay más casos en China y Japón, obviamente, por ser estas setas originarias de esa zona. El primer caso detectado en el mundo occidental fue en 2006 en UK. Pero claro…. la gastronomía asiática se está poniendo de moda y está empezando a convivir en nuestro día a día occidental, así que se están extendiendo patologías de esos lares que para nosotros no son conocidas.

Básicamente se produce al comer cruda o poco hecha esta seta. Eso fue lo que me pasó a mí…. que me había hecho dos días antes un plato de gnocchi con shiitake, pero me pudo el hambre, así que no terminé de hacer bien las setas. Porque si no, no me lo explico: ya había hecho ese plato al menos en dos ocasiones más y no me había pasado nada; y somos de ir al restaurante chino de Thalwil o traernos la comida del chino a casa al menos una vez al mes…

Afortunadamente, en el 90% de los casos, se cura a la semana con un simple tratamiento por vía tópica. El dermatólogo, después de hacerme un book de fotos que ni a una modelo (le tenía que haber hecho pagar los royalties … Jajajaja) me puso un tratamiento de pomada de corticoides y pastillas de antihistamínico y efectivamente, a la semana ya no había ni rastro. Yupi!

Eso sí, al día siguiente de mi visita a su consulta, me llamó para explicarme que se había puesto en contacto con el Unispital (por lo visto son los especializados en este tipo de dermatitis) y que su recomendación era comer la próxima vez una porción muy, muy, muy pequeña de setas y muy bien cocinadas. Y que esperara unas 24-48 horas a ver cómo reaccionaba la piel (por cierto, recomendación que aún no he llevado a cabo, jajajaja).

Por si acaso, también me hizo recoger en consulta un kit de emergencia (contiene anthistamínico y corticoides en pastillas), por si voy al extranjero o como en algún restaurante chino. Lo tengo que portar conmigo siempre.

En fín, siempre me gustó coleccionar cosas…. pero cuando empezamos a coleccionar dermatitis, es que estoy hecha un canastito de chucherías…. xD

Risotto de remolacha y queso azul

Ingredientes (1 persona o 2, dependiendo del hambre que tengáis):

– 100 gr remolacha cocida
– 100 gr arroz enjuagado
– 1 cebolla roja pequeña muy bien picadita
– 600 ml de caldo de pollo caliente
– Vino blanco (un chorreón)
– Aceite
– Parmesano rallado
– Queso azul unos 20 gr (o a gusto)

 

Preparación:

Poner a calentar aceite en una cacerola. Cuando esté caliente, pochar la cebolla.

Mientras se hace, meter en un recipiente la remolacha para darle un golpe de batidora. Haremos un puré de remolacha. Reservar.

Cuando la cebolla ya esté, añadimos a la cacerola el arroz (previamente enjuagado) y lo rehogamos unos minutos. Verter un chorro de vino blanco y remover bien junto con el arroz hasta que se evapore.

A partir de ahora, empieza el ritual de ir añadiendo el caldo de a poco a poco, removiendo bien y esperando hasta que el arroz haya absorbido todo el caldo, para volver a añadir la siguiente cantidad. Hacemos esto durante unos 10 minutos.

Cuando el arroz esté a medio cocer, se añade el puré de remolacha y se disfruta removiendo y «tiñendo» el arroz de rojo… :) Hay que esperar también a que el arroz absorba los líquidos del puré de remolacha.

Una vez hecho esto, se continúa con el ritual del caldo, hasta que al probar el arroz, notéis que está blandito por fuera, pero un poco durito por dentro (al dente).

En total, todo el proceso de caldo-remover arroz – caldo-remover arroz, etc son unos 20 minutos.

Se apaga el fuego y se retira la cacerola. Es el momento de añadir el queso azul y el queso parmesano rallado, removiendo y mezclando bien.

Servir y ¡a disfrutar! :D

 

Notas:

Me sobró remolacha de cuando hice la receta de la «Aberración de bol Poké«. Lo más pequeño que venden en mi entorno (ya cocido y cortado) son 250 gr. Eso cunde mucho.Así que me busqué una receta donde podía usar, si no el resto, al menos una buena parte de lo que me quedaba en el frigorífico.

Encontré esta en Directo al Paladar y allá que fui. :)

Aunque como siempre digo, lo bueno de la cocina es la adaptabilidad de las recetas que encuentras en libros de cocina o internet, a tus gustos personales o a lo que tengas a mano en la cocina; como usar cebolla roja, en lugar de normal (por no tener otra).

Es lo que tiene no ser una ciencia exacta, al menos no en cuanto a platos salados se refiere; en repostería es otra cosa.

Yo añadí el queso azul, cuando al probar la receta, me dí cuenta del dulzor que tenía la remolacha. Lo sé…. es así, siempre ha sido dulce. Pero a mí en platos supuestamente salados, no me gusta que sólo sepa a dulce. Quizá por eso no me hago muchas cremas de calabaza ni de zanahoria… jajaja.

Recordé, sin embargo, que tenía un trozo de queso roquefort (aunque en vuestro caso podría ser gorgonzola, cabrales o cualquier otro azul). Y me decidí a mezclarlo a última hora. ¡Todo un éxito! :)