Caminando sobre los árboles (Baumwipfelpfad Neckertal)

Me adelanto a Luy escribiendo este post (lo siento, amore!), pero es que mejor escribirlo cuando aún lo tengo fresquito, que si no las cosas se me olvidan… :P

Hace unos días Luy me pasaba un link de la oficina de turismo de Suiza sobre un sendero para caminar por las copas de los árboles en el Neckertal, cerca de San Gallen; por lo tanto relativamente cerca de donde vivimos.

La cosa prometía y pintaba muy bien para ir este pasado domingo, porque es una atracción casi nueva (se inauguró apenas en mayo de 2018) y relativamente desconocida. Lo que significa que aún no está masificada (y no confío en que se masifique a causa de este blog que ya casi nadie lee, jajaja).

Yo tenía sólo un par de pegas o dudas. ¿Para qué negarlo? No sería yo si antes de que salga el grano no estuviera poniendo el parche y a negativa no me gana nadie, jajaja.

Pega/duda num.1)  «Sendero por las copas de los árboles» suena a algo muy alto y no precisamente ideal para la gente que sufrimos de vértigo o de VPPB….

La altura máxima del sendero es de unos 55 m sobre el nivel del suelo. Sí, está alto, pero no por ello es inestable. COMPROBADO. :D La estructura es de madera, por lo tanto apenas vibra y se menea menos que una metálica. Y en las zonas centrales del sendero, es más estable si cabe, así que si se sufre de vértigo posicional (dichoso VPPB mío), mejor ir por ahí hasta acostumbrarse. Y por supuesto no mirar hacia abajo en plan masoca, jajaja.

Pega/duda num. 2) ¿Hay que caminar mucho para llegar?:

Esto me preocupaba más, teniendo en cuenta cómo siguen sufriendo mis dedos pinrreleicos (qué bonito palabro acabo de inventarme, jajaja). Pero para mi alegría, fue una corta caminata de ascenso de unos 25-30 minutos, no demasiado dura, en un terreno bueno (nada de raíces de árboles, ni piedras sueltas), por el bosque así que se estaba fresquito). La hicimos para subir y para bajar y mis pies terminaron bien ¡Yupi! :D Me costó un poco la subida, porque tras dos meses si andar nada nada (ni para ir a hula, que es en llano), pues noto que no tengo forma física, pero bueno…. llegué con mis pinreles enteritos y bien. Ya me doy con un canto en los dientes….

En esta imagen podéis ver el recorrido andando desde la parada de tren hasta la entrada del sendero (donde pone «tramo 1»). El resto es el recorrido, en círulo, por el sendero sobre las copas:

 

Nuestra planificación fue la siguiente:

  • Medio de transporte:  Obviamente usamos el transporte público.

La SBB tiene además una oferta de ticket combinado en la que te ahorras algo de dinero (20% en el billete del tren y 20% en la entrada al sendero). Más detalles en este enlace: SBB – Neckertal Treetop Trail

 

  • Forma de llegar:  Nosotros elegimos una combinación de tres tramos:

Thalwil – Pfäffikon SZ – Wattwil – Mogelsberg

¡¡Atención!! porque en el último tren, hay que llamar la parada de Mogelsberg (en el tren hay botones para solicitar la parada). Es una cosa que me llama la atención de algunos trenes de Suiza, que tengas que llamar algunas paradas como si en lugar de un tren fuera un autobús, jajaja. Pero funciona. ;)

Una vez en Mogelsberg, nada más bajar del tren, te encuentras con un cartelón del Baumwipfelpafd Neckertal donde te dan la bienvenida y te cuentan que hay una pequeña caminata hasta el sitio. Está muy bien indicado, no tiene pérdida.

La caminata bien, no me resultó difícil y se iba fresquito por el bosque. :)

  • Una vez arriba….:

Arriba cambiamos nuestros tickets de SBB por la entrada al sendero, que normalmente cuesta 15 Chf.

Y empezamos a recorrer el sendero y disfrutar con las vistas (qué vistas!!), los árboles, la naturaleza y lo bien explicado y organizado que tienen todo los suizos….

Ojo, para el sendero por las copas sí hay que pagar entrada, pero en la parte de abajo hay una zona lúdica e interactiva para niños que es gratuita. Una auténtica pasada la de actividades divertidas que les ponen a los niños (y no tan niños). :D

Además, la zona está super bien acondicionada para hacer barbacoas y picnics. Al menos 10 o 15 sitios para hacer barbacoas conté. Y mesas de picnics a porrón…. Es decir, el sitio es ideal para pasar el día, yendo de excursión y barbacoa o picnic.

Nosotros no fuimos tan preparados y directamente nos compramos una salchicha cervelat y un refresco en el pequeño kiosco-bistró que hay allí mismo; por cierto que allí mismo te venden salchichas y los avíos para encender una de las barbacoas si quieres esa otra opción.

  • Otras cosas a tener en cuenta:

– El sendero está libre de barreras, es decir, es adecuado para ir con sillas de ruedas y cochecitos de niños.

– No admiten animales en el sendero (salvo perros de asistencia y perros-guías para invidentes), pero creo que tienen dos «cajas de espera» (Wartenbox) para dejarlos mientras visitas el sendero y has ido con tu amigo de 4 patas.

– Abren los 365 días del año (salvo que las condiciones meterológicas lo impidan), aunque evidentemente los horarios varían de verano a invierno, así que mejor comprobarlo en la web oficial del sitio: Baumwipfelpfad Neckertal

  • Nuestra experiencia:

Vinimos encantados, de verdad. :D

Y no, no nos llevamos comisión por la recomendación, jajaja. ¡Pero es que el tinglao este mola muchísimo! xD

Estamos decididos a regresar en otoño, que con los colores que gastan por aquí los bosques suizos, tiene que estar precioso…

¿Lo conocíais? ¡No seáis sosos y contadme vuestra experiencia con un comentario! :P

 

Sr. WordPress, sigo respirando

Pues parece que me he quedado con la cara de aliño (de zanahorias), desde mayo.

No voy a poner excusas porque, sinceramente, no creo que nadie me lea ni me haya echado de menos en el blog. Si fuera así, alguien me habría comentado algo o me habría escrito un email para mostrarme su preocupación o darme un toque de atención…. descastados! :P

Si escribo esto es para que el Sr. WordPress no me tire de las orejas como a mi querido Pablo.

Este año ha sido casi calcado al año pasado, con la salvedad, para nuestra desgracia, de no haber tenido vacaciones propiamente dichas. Este año no pudimos ir a ningún sitio por nuestro aniversario, por la sencilla razón de estar esperando el aviso del hospital para una nueva operación de mi madre.

De nuevo cuatro semanas en Cádiz sin apenas disfrutar, regresando tan cansados a Suiza que hemos casi dejado escapar el verano con la sensación de no habernos enterado de nada.

Como mucho, si he de recordar alguna excursión este año, es un fin de semana que pasamos de improviso en el Ticino. Por una vez, no nos llovió. :)

Allá por mayo (casi cuando se publicaba mi post de zanahorias aliñadas) nos escapamos un fin de semana a Locarno y disfrutamos de la visita al Val Verzasca. Un punto en el mapa al que llevaba deseando ir desde que hace 7 años nos mudáramos a Suiza.

No sé si por la alegría de tener unos días juntos y de excursión, o por el subidón de saber que iba a ver por fín esas maravillosas aguas turquesas, el caso es que el mismo día de llegar a Locarno me lié la manta a la cabeza y cuando Luy me dijo de subir en telesférico al monte Cardada, le dije que sí. Me estaba arrepintiendo a los 0.3 segundos tras cerrarse las puertas de la cabina. Aquello iba demasiado suelto para mi gusto y mi vértigo…. llegué arriba con piernas temblonas y un estómago revuelto.

Pero bueno… las vistas tampoco estuvieron mal del todo.

 

Y es curioso, que casi cuando esperas que algo ocurra, se desespera uno en el camino, porque no pasa nada. Y cuando se planea hacer algo (y afortunadamente se hace), es cuando los planetas se alinean y se deciden a actuar.

Tras la esperada llamada del hospital, el fin de semana siguiente a nuestro pequeño respiro de fin de semana, ponía rumbo a Cádiz para ayudar durante la convalecencia y recuperación post-operatoria de mi madre.

Como dije, a la vuelta estábamos tan agotados que casi ni me dió tiempo a disfrutar del verano. Como mucho, darle algo de vida a mi terraza con unas minipetunias y una mano de barniz a sillas y mesa de exterior.

Lo único que recuerdo haber hecho, digno de ser mencionado, era otra escapada por mi cumpleaños para hacer el Glacier Express, en sentido inverso, desde Zermatt a St. Moritz. Por cierto, precioso. :)

Llegó septiembre y decidí que, al menos, había que aprovechar las temperaturas más agradables (algo más llevaderas) del otoño, para hacernos el Tour de Aargau.

Luy ha escrito un poco sobre dicho Tour. No me voy a repetir. Lo único, deciros que es muy recomendable, sobre todo aprovechar hasta finales de octubre para visitar algunos castillos del cantón de Aargau.

El Castillo de Hallwyl, del tipo «Wasserschloss» (enclavado en mitad del agua) y magníficamente cuidado. No os sorprendáis si os digo que me enamoré de este castillo.

El de Habsburgo, un poco decepcionante. :/

Sobre todo porque es el origen de la poderosa dinastía de los Austrias, monarcas que rigieron los destinas de buena parte de Europa (Alemania, Austria y España entre otros) y cuya reseña en el castillo se reduce a un mero cartel en alemán con una explicación concisa. La versión en inglés del texto tenía una letra hiperreducida muy difícil de leer para los mega-miopes como yo. Es lo que tiene que del castillo sólo quede en pie una torre, el 90% de ella ocupada por un restaurante (y que si no tienes reserva no puedes visitar)….

El Castillo de Lenzburg, otro bellezón digno de ser visitado, paseado y descubierto. Cuidado con el dragón!

Otra cosa que sí recuerdo de este otoño 2017: El Zürich Film Festival, y la Gala Premier (con asistencia del director) de Breath

No os digo más que impresiona la elegancia que destila Simon Baker y la sencillez que desprendió en las palabras previas a la Premier de su película en Suiza.

La película, la recomiendo totalmente. El libro en el que se basa, del mismo nombre, también. De verdad, si tenéis la oportunidad de leer el libro o ver la peli, no lo dejéis escapar.

Y así, poco a poco, hemos ido entrando en el invierno… pero ya os he aburrido bastante por hoy.

 

De Richterswil a Wädenswil andando

Como ya saben alguno de los habituales de este blog (si aún queda alguno), el día 1 de Agosto es la Fiesta Nacional en Suiza. Lo normal es acercarse a una granja a celebrarlo tomando un brunch con familia y amigos.

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A mí esa costumbre me encanta, me parece super bonita. Además, que se come super bien!!  :P

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Este año no fue una excepción y Luy y yo nos acercamos a una granja situada en Richterswil, en la que ya celebramos esta fiesta el año pasado y de la que os hablé en este post.

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Tras el brunch, fuimos dando un corto paseo desde Richterswil hasta la estación de tren de Wädenswil.

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Nos sirvió para bajar la comilona y para comprobar lo ingeniosamente que los suizos integran algunos elementos de ingeniería y arquitectura en el entorno natural, sin que desentone nada.

El día estaba gris, que no quiere decir que hiciera frío. Era un día de esos de calor bochornoso, que de tanto calor, se cubre de nubes el lago.

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Menos mal, porque hacer el camino en ese sentido (de Richterswil a Wädenswil) si hubiera hecho sol, nos hubiéramos quemado las espaldas un poquito, jajaja.

Fuimos bordeando esa orilla del lago, en algunas ocasiones por unas pasarelas que permitían contemplar, sin obstáculos a la vista, el lago.

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Ya digo, que el paseo fue corto (apenas 2km 800), pero mereció mucho la pena.

 

Bruno Weber Skulpturenpark

A finales de Julio de 2016 decidimos hacernos una pequeña visita al parque de esculturas del artista Bruno Weber (1931 – 2011).

Fue fundado en 1962, en las inmediaciones de un bosque entre Dietikon (no confundir con Dietlikon) y Spreitenbach, como respuestay contrapartida del artista a la industrialización que vivió esa zona en aquella época. Por eso refleja un mundo más bien de fantasía, con objetos y animales imposibles y casi mitológicos.

No es muy difícil llegar allí: tenéis que coger cualquier tren en dirección Dietikon (el S12 o el s3 os sirven). Una vez que bajéis, podéis pillar el bus num. 325 (parada de Weinberg) o subir caminando desde la estación de tren de Dietikon.

Nosotros subimos en bus, y al terminar nuestra visita bajamos caminando.

A mí me recordó en algunas cosas a Gaudí y su Park Güell, y en algún sitio leí que, efectivamente, Bruno Weber tenía al catalán como una de sus fuentes de inspiración.

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Os dejo con alguna de las muchísimas fotos que hice ese día.

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El artista también tenía su casa allí mismo dentro del parque. Creo que por norma general, se podía visitar por dentro, pero cuando nosotros fuimos estaba cerrada por mantenimiento (o eso decía el cartel). Nos conformamos con hacer fotos por fuera desde varios ángulos.

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Algunas de las esculturas le podría llegar a sonar a quienes fueron al pabellón suizo de la Exposición Universal de Sevilla en 1992 (yo no fuí una de ellas, así que las he descubierto aquí en su país de nacimiento y en su entorno natural).

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El parque de esculturas es, cuanto menos, curioso.

Además, tiene un habitante muy especial. :)

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La entrada me pareció algo cara (18 CHF para adultos), para el estado en que algunas partes del lugar están. Un poco de mantenimiento no le vendría mal, pero no deja de ser un sitio exótico de ver.

 

Aareschlucht y Reichenbachfälle

¡Mimá! La de cosas que tengo atrasadas por escribir… :S

Una de ellas, la pequeña excursión que Luy y yo hicimos a la garganta del río Aare y a las cataratas de Reichenbach, allá a mediados de Julio de 2016.

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Viajamos en tren desde Thalwil a Lucerna, para hacer allí la conexión con un tren que nos llevaría hasta Meiringen. Una vez en Meiringen, podéis pillar un trenecito pequeño llamado MIB y que os lleva a Innertkirchen o continuar andando (no son más de 5 minutos). Precio total ida y vuelta con HalbTax 40.60 CHf.

Aquí la ruta desde Lucerna hasta el sitio y vuelta. Si ampliáis, veréis también el recorrido por la garganta del Aare (Aareschlucht) y en la zona de las cataratas (Reichenbachfall).

El Aareschlucht nos impresionó bastante y nos gustó mucho más. El color del río era impactante.

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El día que fuimos hizo calorcito y allí se estaba fresquito, fresquito; tanto como para ir siempre con la chaquetita puesta (y si es un chubasquero para evitar salpicaduras del agua, mejor). :)

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Supongo que se añade a nuestra lista de sitios para refugiarse del calor infernal que hace aquí en verano. Ahora ya, no sólo nos hemos metido debajo de las piedras o hemos subido a ellas, sino que también las hemos atravesado… xD

Os dejo con fotos. Hace tanto tiempo ya, que no recuerdo mucho más que decir (además de animaros a visitarlo en cuanto abra la temporada en 2017, claro!)

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Como no tuvimos suficiente frescor en la garganta del río, decidimos ir también a la cercana Reichebachfall o cataratas de Reichenbach.

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Yo no he llegado a leer ninguna novela dedicada a Sherlock Holmes (me basta haber visitado la casa en el 221B Baker Street cuando viví en Londres, o ver la serie de la BBC con ese estupendo Benedict Cumberbatch). Lo cierto es que a los lectores de la obra de Sir Arthur Conan Doyle dedicada a ese famosísimo detective, les sonará Reichenbachfall como el lugar donde S. Holmes lucha a muerte con el profesor Moriarty. Y tan a muerte, que el autor mata al personaje allí, para pesar y disgusto de los fans de la época que llegaron a escribir cartas en tono amenazante a Conan Doyle, quien ante tanta insistencia tuvo que resucitar al detective en libros posteriores…

Pero volvamos a las cataratas… Todo gira entorno a la figura de Sherlock Holmes, es cierto. Te indican el sitio exacto en el que se produce la lucha a muerte. Hay carteles por todos lados con ese pasaje (in)mortal de la novela, etc.

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Pero no hemos de olvidar tampoco que Reichenbachfall, con sus 250m de altura de salto, son las más altas de los Alpes. Para llegar hasta ellas, hay que subir en un precioso funicular con asientos de madera que se usaba antiguamente para las centrales eléctricas y que hace las delicias de niños y mayores.

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Y sí, la pendiente por la que sube es tremenda. Mejor no mirar hacia abajo…. :)

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No os lo dije antes, pero la entrada al Aareschlucht cuesta unos 8.50 CHF, pero tienen también disponible un combi-ticket en conjunción con las cataratas de Reichenbach (la subida y bajada en funicular), por 15 CHF, que merece la pena para hacer las dos cosas juntas.

Sobre todo por estar fresquitos en un día de calor, al pie de estas cataratas…

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Meiringen también cuenta con su museo de Sherlock Holmes que se paga aparte, pero que por cerrar a eso de las 18h (incluso en verano) no nos dió tiempo a visitarlo.

Espero no haberos aburrido mucho, y que os animéis a visitar estos dos sitios a partir de la próxima primavera, si estáis por estas tierras. :)

 

Andorra

Pues llegamos ya al final del relato (por fín!).

En la estación de autobuses, al ladito de la de tren (Barcelona Sants), pillamos los billetes ida y vuelta hasta Andorra.

Nuestro objetivo allí estaba claro…

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Sip…. Caldea.  Spa, masajes, descanso y relajación durante dos días completos.

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Era todo lo que queríamos para recuperarnos de tanto resfriado y tanto catarro. Ahora ya, eso quedó atrás… parece que hiciera años que fuimos… :S

Como no llevábamos coche propio, no pudimos recorrer los pueblos (parroquias) de alrededor de Andorra La Vella, así que las horas de después del Spa, dábamos paseos por allí. Además de comprobar que aquello, en cierta manera, era (es) como un macro duty free de aeropuerto, con tiendas de bebidas alcoholicas, perfumerías y tiendas de tecnología, tuvimos tiempo (mucho) de hacer fotos y disfrutar de algunas muestras singulares de arquitectura local.

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Y disfrutamos también de las vistas desde algún mirador que otro…

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Había también algunas esculturas interesantes, la más reconocible de todas ésta:

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Certificada como original de Dalí, «Noblesse du Temps», fue colocada en Andorra allá por 2010 según consta en esta noticia. Me resultó muy grato poderla apreciar allí, ya que esos relojes derretidos son de las obras que más me gustan de Salvador Dalí (y no son muchas las que me gustan, jajaja).

Además de esta escultura, me llamó la atención algunas más.

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Aunque a mí, la que más me gustó y me sacó la sonrisa cada vez que pasaba junto a ella era ésta:

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Además que es que estaba colocada casi al lado de nuestro hotel. Ah, que no os lo he dicho… el hotel que pillamos estaba puerta con puerta del Spa.

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A más inri, las vistas desde nuestra ventana eran…

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¿Para qué irse más lejos, cuando lo que queríamos era terminar arrugaditos como pasas en el agua? Jajaja.

Y esa es la crónica de nuestros dos días en Andorra.

Cuando nos hartamos de tener la piel arrugada, nos regresamos a Barcelona en el autobús y fuimos al aeropuerto. Había que regresar a Suiza.

 

Barcelona (IV)

Bueno, pues vamos a ir acabando con las aventurillas en Barcelona, que ya queda ná (este es el último post de Barcelona).

Voy a tener que ir haciendo memoria, y últimamente no me furula como debiera, así que lo mismo me dejo cosas en el tintero :D.

Para el domingo dejamos el Park Güell, como ya comenté aquí.

Parecía que el día iba a ser soleado y caluroso, así que me pareció que lo más adecuado era dejar la visita al parque (al aire libre) para ese día. Y no me equivoqué.

Eso sí, como no sabíamos cómo me iba a encontrar para ese entonces, no compramos esta vez las entradas con antelación. Lo hicimos ese mismo día, lo que supuso que hasta las 17h no pudiéramos entrar al recinto interior. Lo bueno es que, mientras, hicimos tiempo por allí, por la parte abierta del parque aprovechando también para almorzar, ver a músicos aprovechar la acústica del sitio, etc. Y así nos recuperábamos también de la subida en escaleras cuesta arriba hasta el parque. Creo que aún se me quejan los gemelos de tanto escalón empinado. Ni la cuesta de Thalwil, vamos… xD

En nuestro recorrer el parque pudimos contemplar vistas preciosas, que nos dejaron con la boca abierta.

Así fuimos haciendo tiempo hasta que llegó la hora de entrar.

Había gente, claro. Pero a mí no me importó para sacar fotos.

Supongo que más entrado el verano sería peor, tipo Praga. Aún así, logré sacar alguna que otra donde el Park Güell parecía desierto… A veces es cuestión de tener paciencia. ;)

Continuamos caminando, disfrutando y haciendo fotos. Alucinando con la inventiva de Gaudí, agradeciendo su genielidad y su gusto por las formas sinuosas y el trencadís.

¿Lo dudabáis acaso? Claro que le hicimos fotos a la salamandra (¿o es un dragón?). La pobre era difícil de retratar sin gente. ¡Ay, si hablara….! Tiene que estar hartita de que la manoseen a pesar de la vigilancia de los guardas del parque para que no la toquen.

Yo me dediqué también a buscar mosaicos bonitos (a mi gusto, claro). Con lo que me pirran a mí los mosaicos…

Y así pasamos el día en el maravilloso Park Güell. :)

Llegó la hora de cenar algo y marchar a descansar. Al día siguiente dejaríamos Barcelona para encaminarnos, vía autobús, hacia Andorra.

 

Barcelona (III)

Nuestro segundo día en Barcelona amaneció nublado y algo lluvioso. Eso nos cambió un poco los planes, porque ese día habíamos quedado con esta vieja amiga y su marido para, teóricamente, hacer una excursión por los alrededores (creo que mencionamos Sitges, pero no recuerdo bien).

Al final, decidimos que íbamos a terminar de ver lo que no vimos el día anterior: el barrio del Born, la Basílica de Santa María del Mar o Catedral (ahora sí) del Mar, el Parque de la Ciudadela, Torre Agbar, Sagrada Familia (por fuera), playa de la Barceloneta, etc.

Hice muy poquitas fotos de ese día, en realidad, porque quería disfrutar del ratito junto a nuestros amigos. Y porque, aunque ese día no me levanté con fiebre, a cada cuanto me venían golpes de tos bronquítica de fumador carretero y no era plan de hacerlas todas movidas xD

Aquí algunas de las que hice…

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Os lo imaginaréis ya a estas alturas, pero la Basílica de Santa María del Mar me enamoró por dentro o por fuera :P

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Apreciamos también en nuestro paseo al consolador mellizo del de la reina.… esto… la Torre Agbar.

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La Sagrada Familia, cuyos alrededores estaban llenos de guiáis tirando fotos (uhm! como nosotros!)

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Dimos también un paseo por la Barceloneta, pero el día no acompañaba, así que yo me afanaba más en subirme los cuellos del abrigo, que en tirar fotos. Sorry! :S

Terminamos cenando con nuestros amigos en un sitio super molón, llamado Flashflash, especializado en tortillas de todos tipos y sabores. Su decoración es super moderna, toda en blanca con toques de color negro. cualquiera diría que la misma no ha variado un ápice desde que inauguraran el local allá por lo años 70. Claro ejemplo de que al final, en modas, todo regresa.

Y tras este día tan arquitectónico (ahí, que se note que a mí también me gusta «el despiece de las piedras»), nos fuimos a dormir.

El día siguiente parecía que las previsiones eran de subida de temperaturas y sol, así que aprovecharíamos para ver el Park Güell.

 

Barcelona (II)

¿Por dónde íbamos? … ah sí. Día 1 de la visita a Barcelona. Habíamos bajado andando el Paseo de Gracia, hasta la Catedral. Ya me ubico…jejeje.

Llegamos a la Catedral un poco pronto para visitas, sólo para descubrir que se podía entrar antes de horario «previo donativo»… muy mal. :P Así que nos dimos un paseo por el barrio gótico mientras, descubriendo numerosos detalles, rincones y patios para enamorarse.

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Volvimos a la Catedral y entonces…. lo flipé. :)_

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Madre mía… ¡qué arquitectura, qué preciosidad! Con la boca abierta me quedé un ratazo grande. Si es que, ya sabéis que me pones una iglesia y pierdo la noción y los sentíos…  xD

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La Catedral tenía una réplica de la Virgen de Montserrat, la famosa «Moreneta». Y tan réplica sería, que me consta que algunos, al ver la foto, pensaron que habíamos subido al santuario directamente, ¿verdad Patrycia? ;)

Por supuesto fuimos a visitar a los gansos del claustro, que por cierto andaban muy revolucionados  xD

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Vimos a San Jordi matando el Dragón

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Al salir de la Catedral, nos encaminamos hacia el Mercado de San José, más conocido como de la Boquería.

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Me conformé con hacer fotos a los puestos, porque por restricciones de peso en las maletas y cuestiones obvias de caducidad, no pude comprar nada de lo que yo quería (anda que si no, hubiera arrasado con las existencias de pimientos italianos verdes y de pescados varios :P)

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Para acabar el día, fuimos a un centro comercial, que es una plaza de toros, visita recomendada por una amiga arquitecta que vive en Barcelona desde hace unos añitos.

¿Ha dicho centro comercial o plaza de toros? No, centro comercial en una antigua plaza de toros. La verdad es que la idea es ingeniosa y el resultado nos gustó mucho. Y no tiene nada que ver que fuera uno de los primero trabajos que llevó a cabo nuestra amiga arquitecta cuando llegó a Barcelona ;)

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Las Arenas, por cierto, tiene adaptada la cubierta superior con varios restaurantes y un paseo con vistas panorámicas. Un consejo: tiene un ascensor panorámico exterior, que vale un euro. En realidad, no hace falta subir obligatoriamente por el ascensor panorámico si queréis disfrutar de las vistas desde arriba. Podéis subir por las escaleras mecánicas y el ascensor del propio centro comercial. Eso lo descubrimos al salir ;)

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Cenamos en Mussol, que parece ser una cadena de restaurantes especializados en gastronomía típica catalana. Lo que comimos estaba riquísimo, pero es que tanto Luy como yo somos de buen comer. xD

Allí terminamos, de manera totalmente espontánea y abierta hablando con nuestros vecinos de mesa, un poco sobre cultura, educación y política catalana, sobre cómo se veía la cuestión de la independencia dentro y fuera de Cataluña, España y el extranjero. Una charla muy amena, que nos sirvió para darnos cuenta de que no todo es lo que se nos muestra en las noticias, periódicos y ruedas de prensa de los partidos políticos. En toda esa amalgama de (des-) información a veces se pierde la voz más importante. la de los ciudadanos de a pie.

Para acabar, desde ese paseo panorámico superior, pudimos disfrutar del espectáculo de la fuente de Monjuic.

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Y con esto y un bizcocho, Luy y una servidora, se marcharon caminando a nuestro hotel. Suerte que este centro comercial estaba cerca del hotel, porque hacía frío, tanto como para ir yo envuelta en abrigo de paño, bufanda, gorro y guantes. No era plan de volver a aumentar la fiebre.

Dos posts para resumir el primero día, jajaja. No está mal, ¿no? :P Ahora que los escribo, me doy cuenta de la cantidad de cosas que hicimos y visitamos el primer día si no hubiera catarrosa y fiebrosa.. uff, ¡hubiéramos agotado la ciudad! Jajaja.

 

Barcelona (I)

Ains… qué desastre estoy hecha. :(

Lo primero, disculpad la tardanza. Cuando regresé del viaje, no tenía muchas ganas de ponerme a escribir. Lo achaqué al buen tiempo que teníamos por Suiza y mis ganas de hacer cosas al sol, más que a sentarme a escribir encerrada en casa. La realidad resultó ser otra bien distinta, pero de eso os hablaré en otra ocasión.

Ahora a lo que nos ocupa, el viaje a Barcelona.

Para empezar, os aclaro que, siendo fiel a tradición que últimamente me acompaña, fui resfriada; tremendamente acatarrada. :( Dos días antes de volar hacia Barcelona yo estaba en cama con 38.5 de fiebre, con eso lo digo todo. Pero bueno, se hizo el esfuerzo. Aunque en ocasiones encontraréis que no cuento muchas cosas de lo que ví, no por nada, sino porque las ví como pude y deseando meterme en cama, jajaja.

Llegamos a Barcelona por la tarde noche, así que ese día no hicimos mucho, salvo llegar al hotel desde el aeropuerto y hacer el check in, dejar las maletas y salir a buscar algo para cenar.

Tuvimos suerte, porque ese día se lo había pasado enterito lloviendo por lo que nos comentaron, y cuando nosotros llegamos ya no lo hacía. ;) Mejor para mí y mi fiebre, aunque eso no me libró de pasar una primera noche en el hotel, muertita de frío (llegué a soñar que estaba en una cama de hielo) para ponerme a sudar por todos los poros de mi cuerpo a la mañana siguiente.

Como la cosa de salud pintaba un pelín «regulá ná más», fuimos precavidos y habíamos comprado las entradas para ver las famosísimas casas diseñadas por Gaudí, online. Nada de tener que esperar colas interminables. Además buscamos una opción (las llamadas Open Date) que nos permitía, por unos pocos euros más, ir a visitar las casas, sin restricciones de día ni horario, con la posibilidad de aprovechar las entradas en los 6 meses siguientes, si no nos era posible entrar en esos días que estábamos en Barcelona.

Tras levantarnos temprano (a estándares españoles, es decir, las 8 a.m.), fuimos a desayunar cerca del primero de nuestros objetivos, la Casa Batlló.

Entramos en la casa a eso de las 9.15, casi acabadita de abrir.

Había algunos visitantes (calculo que unos 15 o 20) pero nada comparado con lo que vimos luego cuando salimos, ni con las historias de colas masivas de turistas de las que habíamos escuchado. Yo tengo fotos de la casa, que hasta parece que estuviese vacía totalmente… ;)

La verdad es que me gustó muchísimo. Aunque en este post ponga pocas fotos, en mi iPhoto tengo tropocientas hechas :P.

No sé si por ser mi primer contacto con la arquitectura de Gaudí o por haberla visto sin tanta gente, pero lo cierto es que he venido enamoradita de Casa Batlló. :)

Estuvimos allí un buen rato, como hasta las 11.45h. Hicimos hasta las pertinentes compritas en la tienda, que para mí, a diferencia de lo que me comentaron las dependientas, estaba a esas horas abarrotada. xD

Cuando salimos, yo no me encontraba tan febriculosa como pensaba y le propuse a Luy aprovechar e ir andando a ver la segunda casa gaudiniana, la Casa Milá, más conocida como La Pedrera.

Al llegar allí, vimos que había un poco más de gente; cosa de la que nos cercioramos, preguntándoles directamente a uno de los agentes controladores de la entrada. (Nota mental: preguntar siempre a estos trabajadores si en ese momento la afluencia está en punto álgido y cúando se puede regresar en un momento más tranquilo. Nadie como ellos para aconsejarte en este aspecto).

Nos dijeron que era mejor regresar entre la 13.30h y las 14h, que era por lo visto cuando la gente se iba a comer en su mayoría y la visita sería relativamente más tranquila. Y eso hicimos. A veces es una ventaja estar tan adaptada al horario centroeuropeo de comidas. ͍bamos a comer temprano (11.45h o 12h) y así ni nos encontrábamos colas en los restaurantes, ni cuando regresábamos a visitar algo una hora más tarde, estaba tan masificado… :)

Al acabar nuestro almuerzo, allí que nos fuimos de nuevo.

La terraza tenía gente a las 14h, pero no tanta como se veía desde fuera una hora y media antes.

Encima hizo solete (aunque yo tenía un poco de frío y mantuve el abrigo puesto todo el día), así que pudimos hacer algunas fotos muy bonitas desde allí.

Esta casa, salvo la parte de la terraza por razones obvias, me pareció un poco más ocura, sin tanta luz, como la casa Batlló, o a lo mejor fue impresión mía. En cualquier caso tenía muy bien organizada la exposición de las habitaciones, que mostraba una recreación de la vida en la casa, con sus muebles, decoraciones, etc. Yo me fijé en este cuarto especialmente….

…no sé por qué sería… :P

El patio sí me pareció muy colorido y muy bien aprovechado.

Y así llegamos al final de nuestra visita a Casa Milá.

Cuando salimos de allí, se había cubierto un poco de nubes y corría algo de viento (tramontana?), que a mí me erizaba hasta las pestañas. Así que a punto estuve de enfundarme los guantes y el gorro que había metido por precaución en los bosillos de mi abrigo.

Para entrar en calor, fuimos andando, Paseo de Gracia abajo, desde Casa Milá hasta la Catedral de Barcelona (la auténtica, no la Del Mar.. :P). Creo que en total son como unos 2 km. (hasta se nos llegó a abrir un poco la tarde). No está mal para una catarrosa como yo, jajaja.

En el paseo, vimos edificios muy bonitos también y la famosa y preciosa Plaza Catalunya.

Paseo Gracia 1

Paseo Gracia 2

Paseo Gracia 3

Paseo Gracia 4

Paseo Gracia 5

Paseo Gracia 6

Paseamos también por la famosa Rambla, donde yo iba agarrada al bolso y al pañuelo del cuello, por razones diversas entre sí, jajaja.

Rambla

Rambla 2

¡Qué pena de mí de vivir tan temerosa de todo…!

Y… ¡qué pena de algunos guiris, que por venir de turismo a España ya asumen sol y calor y se ponen chancletas de playa y tirantes así corra un viento helador! (por no hablar de los numerosos camarones y gambas guiris recién cocidas que vimos pasar) …. :P

Como esto se va alargando demasiado, mejor hago pausa para que descanséis de mi palabrería y otro día os cuento más. ;)