Imagino que ya habéis leído el post de Luy sobre nuestra excursión/ruta de senderismo de descenso Rigi Kulm a Arth Goldau.
Lo recomiendo totalmente. El post claro… la ruta es bonita, si no confiáis tanto en Google maps como hicimos nosotros y estáis en forma (física y mentalmente) para aguantar las 5 horas de descenso (pensábamos que eran sólo 2h30min).
Lo peor de un descenso así, cuando no se está preparado, son las consecuencias: al final del camino nuestro cuerpo (caderas y piernas principalmente) se negaba a seguir adelante. Totalmente paralizado, como si se hubiera topado con un muro de hormigón y no pudiera avanzar.
Al llegar a casa nos dolía todo: desde las pestañas hasta los pensamientos. xD
Fue cuando nos acordamos que nuestro Villa Poyaque es un duplex. ¡Vaya si nos acordamos en los días siguientes! Cada vez que nos tocaba ir a la ducha o a dormir… Sopesamos seriamente la idea de vivir abajo hasta que las agujetas pasaran; total, tenemos la cocina, un aseo y un sofá-cama abajo. Uhm… maldición… la ducha está arriba… jooo….. :S
Si os soy sincera, para mí las agujetas no eran lo peor. Esas sé que durarían 3 o 4 días… Ah, pero mis pies… :(
Mis pies, sobre todo las uñas de los dedos gordos, me empezaron a doler a las 3 horas de bajada. Al quitarme las botas en casa (1 de junio) vi que me habían salido algunas ampollas y el color de las uñas era rosita, pero un rosita raro. Además las sentía como postizas, como si no fueran mías: daban punzadas (mi corazón se había trasladado a mis pies?) y dolían.
Con el transcurrir de los días y a base de hielo, ibuprofenos y baños de agua y sal, el dolor ha ido menguando (que no desaparecido totalmente), pero la evolución de las uñas ha sido la siguiente: (ATENCIÓN: las imágenes a continuación no son aptas para miradas sensibles, jajaja. Si queréis las saltáis rapidito… :P).
A estas alturas logré encontrar un esmalte de uñas de un color casi igual a mis uñas, así que me pinté las demás para que no desentonaran. La carita de los clientes del Migros de Thalwil cuando me veían escoger color y agacharme para comprar con las uñas era un poema, jajajaja. Y seguimos…
Como véis esa última foto es de hoy mismo.
Para los que os lo estéis preguntando, sí, fui a mi doctora a que le echara un vistazo, allá por el día 12 de junio (un poco tarde, lo sé) . Y me dijo que mis uñas estaban siguiendo la evolución normal, es decir, se pondrían negras y terminarían cayendo. xD
La cuestión era saber cuándo y si volverían a salir; que habría que esperar y evaluar. Me dijo también que nada de pintarme esas uñas, supongo que por aquello de seguir la evolución, jajaja. Pero como no me dijo nada de las demás, pues por eso fui en busca de esta monada…
Así que la evolución «uñil» continúa. Obviamente no voy a poneros más fotos por aquí de la evolución, ya os he torturado bastante, jajaja. Sobre todo porque la cosa va para largo. La caída y regeneración de la uña puede llegar a los 6 meses mínimo y yo sólo llevo poco más de un mes y medio.
Pero vamos… la ruta y las vistas preciosas. xD
Pingback: Caminando sobre los árboles (Baumwipfelpfad Neckertal) | Ociore Blog