Toda la verdad, señora

Oh sí…. ha llegado ese momento de mirarse en el espejo y preguntarse a sí mismo… ¿Tan mayor estoy para que de manera generalizada me llamen «señora» allá donde voy?

No es que me moleste, sino que me llama la atención que ahora lo escucho más que nunca. Antes era algo esporádico, ahora es continuo.

Supongo que el bienio Covid-19 ha pasado factura y con la mascarilla la gente se fija más en los ojos…. y mis ojos siempre tuvieron arruguillas, incluso cuando era una jovencita de 15 años. Me viene de la familia materna que cuando me río se me achinen los ojillos y aparezcan como consecuencia las marcas de expresión.

Estos dos años no he tenido muchos motivos para reirme a carcajadas, pero mis sonrisillas de escepticismo y sarcasmo sí que me han sacado algunas situaciones y siempre he intentado reir entre tanta ansiedad y agobio. Pero de ahí a que me llamen señora…. uff.

Supongo que me tengo que acostumbrar, pero a veces, en ciertas situaciones, considero el «señora» totalmente innecesario; una palabra dada de manera gratuita; sobretodo cuando la persona que te la espeta puede tener perfectamente la misma edad.

Tampoco tengo claro si me duele más a los oídos y al orgullo vanidoso que me digan señora, o que me llamen por sistema de usted…. siempre consideré que el tratamiento de «usted» se le daba a las personas de una edad considerable (de 70 para arriba) o de un rango social mas elevado al tuyo como signo de respeto.

Yo a mi abuela nunca la llamé de tú. Jamás. Siempre escuché que mi madre llamaba a su propia madre de usted y así lo hacíamos en casa también mi padre, mis hermanas y yo.

Siempre de usted. No es que la quisiera menos o mi abuela fuera de sangre real. La pobre trabajó toda su vida como una mula para darle a sus hijos de comer y que no pasaran hambre (la necesidad de tener sólo un vestido o un par de zapatos ya fue distinto). Pero hambre, incluso en post-guerra civil, mi madre y mis tíos nunca pasaron. Aun así, sin alta alcurnia, a mi abuela la llamábamos de usted….

¿Sentiría la pobre, lo mismo que yo siento ahora cada vez que me llaman señora o de usted? Desgraciadamente no le puedo preguntar y tampoco lo hice en su momento…

El caso es que cuando me dan ese tratamiento me siento rara; ese tratamiento no encaja conmigo y lo llevo reguleras. No es que no acepte el paso del tiempo; soy consciente de cada arruga, estría, celulitis, adelgazamiento de piel, etc que tiene mi cuerpo…. son vivencias atesoradas, son emociones sentidas y son experiencias ganadas, para bien o para mal.

Soy vieja, lo sé. Siempre me sentí vieja, hasta con 15 años. Quizá más madura y responsable con respecto a mi edad, por ser la pequeña en una casa con adultos. Y si me dijeran «Es que estás vieja, pues les respondería «Sí, lo sé…. ¿y qué?. Estoy vieja, soy vieja, pero estoy viva y sigo cumpliendo años….».

Sin embargo, ese «Señora» que escucharía la tercera en discordia de la famosa canción de Rocio Jurado; ese señora o ese usted es un puñalito que atraviesa mi orgullo y mis oídos.

Los que rondáis mi edad…. ¿os pasa lo mismo? ¿Cómo lo lleváis?

Las pequeñas cosas de un día casi normal

Desde que empezara la locura en marzo de 2020, ¿cuántas veces habéis sentido que teníais un día como los de antes?

En los míos, yo me levantaba temprano a eso de las 7am; desayunaba, recogía la casa y quizá salía a mi clase de Hula o al centro con una amiga para ir de tiendas, tomarnos un café y dar un paseo. Lo echo de menos, la verdad.

Este virus ha venido a trastocarlo todo y hemos tenido que adaptarnos a marchas forzadas como buenamente hemos podido.

Mi año 2021, lo que va de él, ha sido un poco caca. Demasiadas visitas a médicos para mi gusto. Y sin comerlo ni beberlo, no recuerdo haber tenido un día tranquilo o medio normal (dentro de lo que las medidas sanitarias permiten). Mis ganas de hacer cosas, incluso si es dentro de casa, se han diluído como las esperanzas de volver a la normalidad de 2019. Sigo añadiendo proyectos de costura y croché, pero no hay pizca de ganas, concentración ni fuerzas de hacer nada (ni de empezar ni de terminar lo que tengo empezado). Siempre con un ojo en la salud de los míos en España y la mía propia aquí.

Ayer, por primera vez en mucho tiempo, tuve esa sensación de nuevo: tener un día normal. Sin agobios, sin dolores, sin miedos.

Ayer aprovechamos una de mis salidas al galeno de turno, para dar un paseo por Zürich con Luy. Algo tan sencillo, pero que hacía porrón de tiempo que no disfrutaba.

Ir paseando despacio, sin destino determinado, a donde nos arrastraran los pies.

Decidir entrar en un super, para comprar unos bocadillos y unos refrescos y sentarnos a comerlos en la plaza de la Opera. Estaba gris y hacía frío, no lo niego, pero de vez en cuando el aire en la cara se agradece. Comer sin prisa, disfrutando de los niños que se aventuraban en los chorros de la plaza. Mirar al edificio del cine donde solíamos pasar los viernes o sábados, con ojos anhelantes. No entrar, eso sí…. ahora siento el cine como si fuera un deporte de riesgo, jajaja.

Regresar a la calle principal de tiendas dando un paseo, comprobando lo bonita que es Zürich a la luz gris de las nubes.

Entrar porque sí, en la Stadthaus y descubrirle a Luy la belleza de su patio.

O perdernos, por primera vez en casi 24 meses, en una librería; ver su nueva decoración, amar a primera vista su suelo hidraúlico casi recién puesto, oler esa delicia de libros nuevos y tinta impresa.

Soñar con otros días, otros planes….

Por primera vez, un día casi normal. Sin «y si….» sin «no lo sé….». Un día «acá y ahora». :)

Y vosotros, ¿habéis sentido un día casi normal desde entonces?

Servicio Brot-Post

Hoy vengo a hablaros de un curioso servicio que tiene la empresa de correos suizo, Die Post, en colaboración con panaderías y hornos de pan locales.

Se trata del servicio «Brot-Post«, lanzado apenas en 2019 en la Suiza de habla alemana. Hasta ahora, desconozco si también se ha extendido en la parte francesa, italiana o romanche. Pero el caso es que es un servicio, cuanto menos curioso. Por supuesto, ha visto incrementado notablemente su uso entre Marzo-Abril de 2020 a raíz de la declaración de confinamiento en Suiza por la pandemia de Covid-19.

El mecanismo, a grandes rasgos, es muy simple: entras en la web Brot-Post, introduces tu código postal en el campo específico y te dice cuáles son las panaderías más cercanas a tí, que distribuyen pan a través del servicio. En el caso de Thalwil, la panadería es Köllibeck. Es la única que hay en Brot-Post (en el pueblo, físicamente, hay más), así que te evitas tener que estar pensando en tomar decisiones (ideal para mí) :D

Una vez dentro de esa página, decides si quieres un pedido ocasional (ausprobieren) o un bono (Abonament). Con el Abo eliges qué días de la semana quieres el pan y te hacen un descuento del 25% durante el primer mes. Cierras tu pedido, pones tu dirección postal (eso la primera vez, ya luego no es necesario) y a esperar….

 

Si te equivocas o quieres cambiar los artículos solicitados o, simplemente, decides que ese día no quieres pan, tienes hasta las 12 pm del día anterior a tu pedido.

Cuando llega el día seleccionado, miras tu buzón y ahí lo tienes. :)

 

Igual que te reparten las carta y las facturas, tu cartero te deja el pan, bollos, croasanes o lo que hayas elegido en tu «Milchkasten».

(Imagen sacada de internet)

El susodicho Milchkasten (caja de leche), para quien no lo sepa, es ese hueco que tenemos en los buzones suizos, para dejar paquetes, botellas de leche (de ahí su nombre), el pan del Brot-Post, devolver los tuppers que te deja una amiga con muffins, etc.    Muy útil…. y muy confiados diría yo, porque aunque tienen puertecita, están abiertos y no tienen llave. Cualquiera podría teóricamente acceder a ellos (pero esto es Suiza… quien querría llevarse algo que no es suyo…? Ejem…..)

 

Volviendo al Brot-Post, yo elegí el pedido ocasional por aquello de probarlo y la verdad, ni tan mal. :D

Mi primer pedido consistió en croasanes y un pan de semillas.

Todo de primera calidad y hecho del día. Aunque calentito, pues no estaba. Al fin y al cabo, los buzones están en la calle y en noviembre (cuando probé el servicio), en Suiza hace un frío que pela…. pero se compensa con lo bueno que está todo :P

Eso sí, aún no me acostumbro a las rutinas de los carteros: en tres pedidos que he hecho, en una ocasión nos llamaron al timbre al dejarlo, en las otras dos no. En una ocasión nos lo dieron en mano, en las otras dos lo dejaron en el Milchkasten; se vé que depende del cartero, pero a veces me paso la mañana esperando el timbrazo que no dan y cuando salgo, cansada de esperar dos horas, ahí tengo el pan. Otras me paso toda la mañana mirando el buzón y cuando me despisto, me timbran. Supongo que dependería de cada cartero e incluso de si el día de entrega es un sábado o un día entre semana (los domingos no hay servicio de Correos, así que no reparten). ¡Vivan las emociones!

Por lo demás, el proceso de pago es sencillo aunque sí es verdad que se podría mejorar. Siempre hablo de la de Thalwil, en otras no sé cómo lo harán: La panadería te envía la factura por email aproximadamente unos 15 días después de la fecha de entrega del pan. Al mismo tiempo te avisan via email de que en el sistema de Brot-Post, tienes la factura  como «Abierta».

La pagas con transferencia bancaria (no dan otra opción) y se supone que al cabo de los días aparecería ya como «Pagada». Y a otra cosa mariposa.

Como campos de mejora, creo que podrían mandar la factura en papel o en email el mismo día de la entrega del pan; más que nada porque como te despistes o no lo apuntes, ya luego no recuerdas lo que pediste, lo que tenías que pagar ni qué santo día hiciste el pedido o cuando te llegó. Soy de las que piensa que las cosas de pagar, cuanto antes mejor. Así se evita tener que estar recibiendo recordatorios de pago o preguntarles a los de la panadería si han recibido los pagos.

Otra mejora, más propia del sistema informático de Brot-Post en sí, es pedir si se podría pagar a través de tarjeta de banco (débito o crédito/prepago). Eso agilizaría mucho el proceso, porque se podría pagar en el momento de hacer el pedido, pero nuestra Köllibeck es más bien tradicional en ese aspecto. Igual en otros pueblos o cantones con más opciones (recuerdo que en Thalwil sólo tenemos una que ofrezca ese servicio de Brot-Post) ofrece otras opciones de pago, pero lo desconzco.

Por lo demás, me parece una iniciativa genial. :)

Ni qué decir tiene que posee ese puntito confiado del que hacen gala aquí los suizos. Pero me parece una excelente idea para promocionar el valor de los productos de proximidad y beneficiar tanto a consumidores finales como a negocios locales. Yo jamás hubiera entrado en una panadería… sólo por el hecho de no tener que lidiar con chapurrear los nombres de productos de pan en dialecto alemán suizo (que no hablo a pesar de mis 10 años en este país). Y sin embargo, el servicio ofrecido por Die Post, me hace posible poder disfrutar de pan hecho en el día, ahí a la vuelta de la esquina en un negocio pequeño-mediano del pueblo en el que vivo. No es que tenga nada en contra de las cadenas de supermercados…. pero el pan de esos hornos, aunque también muy bueno, no tiene color en comparación con el que compras de auténtica panadería. :)

Nosotros lo aprovechamos por ejemplo, el día de Reyes Magos, para pedir también un rosco-corona de reyes típico de ese día en estas tierras. Fue como si los Reyes Magos lo hubieran dejado para nosotros en el buzón. Con la misma ilusión lo recogimos. :)

¿Conocíais este servicio de Die Post? Yo, personalmente, os recomiendo que si vivís en Suiza y me habéis leído, lo probéis. De verdad….  :)

Si lo hacéis, no os olvidéis comentar a este post y decidme lo que opináis o mejoraríais del servicio Brot Post!

 

Trenza Zopf

Ingredientes:

– 500 gr de harina para Zopf*

– 60 gr mantequilla en punto pomada y cortada a cubitos

– 300 ml de leche templada (100ml + 200ml)

– 20 gr levadura fresca (medio cubito)*

– 1.5 cucharadita pequeña de Sal

– 1 cucharadita pequeña de Azúcar

– 1 huevo (o yema) mezclado con un poco de leche para pincelar

 

Preparación:

Disolver los 20 gr de levadura en 100 ml de leche templada, remover y dejar un rato apartado (mín 15 min), para que se active la levadura.

En un cuenco grande y profundo volcar la harina. Hacer un hoyo en el centro (como si fuera un volcán)

Alrededor del hoyo, esparcir la mantequilla, la sal y el azúcar.

En el hueco del centro, agregar la levadura diluída en la leche y con la ayuda de una espátula o paleta, ir mezclando poco a poco con la harina y demás ingredientes.

Llega el turno de ir añadiendo poco a poco el resto de la leche templada (200 ml) mientras seguimos mezclamos.

Cuando vemos que se han integrado todos los ingredientes, es hora de empezar a amasar. Hacedlo ligeramente durante unos 10-15 minutos, estirando la masa hacia arriba con la muñeca y hacia abajo (replegando sobre sí misma) con los dedos.

Dejar reposar la masa en el cuenco durante 1.5h – 2h, tapada con un paño húmedo, en un sitio cálido y alejada de corrientes.

Al cabo de esa hora y media o dos horas, la masa habrá doblado tamaño.

Sacar del cuenco y amasar de nuevo unos 2-3 minutos para desgasificar.

Es hora de empezar a formar la trenza! :)

La manera más sencilla (hay varias) es dividir la masa en tres porciones y estirar cada porción como si fueran hilos.

Unirlos en una punta y empezar a trenzar.

Al llegar al final volver a unir la punta remetiendo los cabos hacia dentro.

Colocar la trenza, ya formada, sobre el papel de la bandeja de horno.

Tapar de nuevo con el paño húmedo y dejar levar otros 30 minutos.

Cuando haya levado, pincelar con el huevo y meter directamente al horno durante unos 30 minutos a 200ºC (no hace falta precalentar).

Los expertos dicen que la trenza estará lista cuando, al golpear la sobre su superficie inferior, suene a hueco. ;)

Disfrutar en el desayuno con mantequilla, mermelada, crema de chocolate, etc… Imaginación al poder!

 

Notas:

Veréis que pongo con un asterisco un par de ingredientes. ;)

*La harina para Zopf es una especialidad suiza.

Creo que no la he visto en los supermercados en España pero, si tenéis harina de espelta, se puede hacer sin mayor problema.

Calculad, sobre el total de harina requerida de la receta, una proporción de 90% de harina blanca y un 10% de harina de espelta y ya la tenéis. ;)

 

* Los 20gr de levadura fresca se podrían sustituir por un sobre (7gr) de levadura seca de panadería. Aquí esos sobrecitos tienen la foto de la trenza Zopf….

… eso os deja entrever lo populares que son las trenzas Zopf en el desayuno dominical de los suizos y lo muy acostumbrados que están a hacerlas y hornearlas ellos mismos en casa.

Yo usé la de cubito de toda la vida… pero como véis, tengo tb seca, así que la próxima Zopf probaré a hacerla con esa levadura seca, a ver qué tal.

 

No soy mucho de hacer pan ni ese tipo de masas, sobre todo por no pelearme con la activación de la levadura. Mi primer (y , hasta la Zopf, único) intento de hacer algo de tipo panadero, fueron estos «Brioche sicilianos col tuppo» que me quedaron fatal…. :S Lo mismo pruebo a repetirlos un día de estos usando esa harina de Zopf….

Muchos me habéis preguntado por el sabor del Zopf; que si es dulce, que si es pan pan, etc. No es ni dulce ni pan pan; en todo caso, me recuerda a los bollitos de leche, pero sin ser tan dulces. Para mi gusto, tiene el punto y equilibrio perfecto para disfrutarlos tanto con cosas saladas (lochas de jamón york, queso de cabra, etc) como con mermelada o mantequilla. Aquí lo típico es untarles mermelada, pero eso ya, al gusto…. :)

Lo que sí os digo es que es algo muy divertido de hacer y más sencillo de lo que parece (he tardado más en ordenar mis pensamientos y escribir el post, que en lo que hice la trenza).

Y sobre todo…. esa satisfacción de comer algo que has horneado tú… uhmm…. Rico! :D

 

Confederación Helvética y Coronavirus

Disclaimer: Este post es muy personal, y escrito con un cabreo monumental. Mis opiniones son mías, totalmente personales. Disculpad si alguien se siente ofendido….

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Escribo esto después de haber tenido una conversación con una amiga española que también vive en Suiza.  Y sí, lo habéis adivinado… el tema de la conversación es el dichoso Coronavirus (COVID-19  o SARS-CoV-2).

Para los que vivimos en Suiza han sido unas semanas complicadas, de sentimientos encontrados…. Supongo que para el resto también. Pero tenemos Italia, mi adorada Italia, ahí al lado y en una economía global y de fronteras abiertas, cualquier cosa que ocurre en el país vecino (cualquiera de los cuatro que nos rodean), nosotros lo vivimos expectantes.

Sería de suponer que, debido a la cercanía que tenemos, el Gobierno de la Confederación Helvética tomara ejemplo de Italia y empezara, a estas alturas, a tomar medidas más drásticas. Pero se ve que no saben ese refrán de «cuando veas las barbas del vecino pelar, pon las tuyas a remojar…..».

Cuando se detectó el primer caso en Suiza, la Confederación rápidamente asumió algunas potestades cantonales y prohibió los eventos de más de 1000 personas, se establecieron los protocolos de detección de casos positivos, etc. Desde la Oficina Federal de Sanidad Pública se emitieron unos bonitos carteles con las normas que teníamos que acatar para protegernos a nosotros mismos y a los demás.

Estupendo…. actúan rápido, pensé. :)

Luego vino la escalada de casos en Italia (con la pertinente declaración de emergencia y con todo el país como Zona Roja) y subida de casos en otros países como Francia, Alemania, España….

Si actuaron tan rápidos la primera vez, ahora que la crisis se agudiza en toda Europa, justo era pensar que la Confederación Helvética actuara de nuevo con firmeza y empezara a tomar medidas más duras, para evitar la expansión de casos tal y como declaraba hace unos días la propia Organización Mundial de la Salud, cuya sede por cierto, está en Ginebra (en Suiza por tanto….)

Craso error…. :/     Llevamos unos días esperando las nuevas recomendaciones del gobierno. Lo único que hemos visto es cómo Suiza ha cambiado el criterio para hacer los tests de detección de casos positivos. :S

Si antes se testeaba a todos aquellos tuvieran síntomas, hubieran estado en zonas de riesgo (China, Corea del Sur, Irán, Italia, etc) y pudieran perteneder a grupos de reisgo, ahora ya sólo se hacen los test a las personas consideradas de grupos de riesgo… y cuál es el grupo de riesgo?  Según la confederación:

– Mayores de 65 años con:

– Hipertensión o,

– Diabetes o,

– Enfermedades respiratorias crónicas o,

– Enfermedades cardiovasculares o,

– Enfermedades o terapias que debiliten el sistema inmunitario

– Cáncer

Así que cuando veáis cifras de Suiza, tened en cuenta que faltan muchos más casos (cifra desconocida totalmente) que seguramente sean positivos. Es decir, positivos son todos los que están, pero desgraciadamente, no están todos los que en realidad son.

Parece que no se aplican ni los consejos de la OMS, que ayer mismo declaraba en rueda de prensa lo siguiente….

Porque como he dicho antes, desde el lunes, Suiza sólo le hace el tests a los mayores de 65 años….

La segunda sorpresa, ayer miércoles también, fue comprobar que el Cantón del Ticino, justo el que hace frontera con Italia, ha decidido actuar por su cuenta y declarar la situación de  emergencia hasta el próximo 29 de Marzo, con un paquete de medidas complementarias y más estrictas que las del gobierno central de Berna:

– Todos los cines, teatros, piscinas, discotecas, centros deportivos y similares permanecerán cerrados. Todavía se permiten actividades deportivas individuales, en las que se puede mantener la distancia de seguridad prescrita entre personas (1.5m – 2m).

Los restaurantes sólo podrán permanecer abiertos si tienen menos de 50 asientos y aseguran a sus invitados la distancia de seguridad prescrita, tanto en caso de estar de pie como sentado.

– En general, los eventos con más de 50 personas están prohibidos.

– Disposiciones especiales para los grupos de riesgo: los mayores de 65 años no deberían cuidar a los niños, participar en festivales públicos o privados y dejar de usar el transporte público. Y necesitan urgentemente seguir las medidas de higiene recomendadas.

A mí ayer me pareció estupendo, y muy lógico. «Lo siguiente» – pensé ilusa de mí – «será que bien el resto de cantones o desde el mismo gobierno central, se tomen las mismas medidas drásticas«.

Mi gozo en un pozo…. si bien esta mañana se decía que en los siguientes días se tomarían decisiones en esa dirección, tres horas más tarde, el gobierno central ha reculado y dicho que aún no ve la necesidad de tomar esas medidas más estrictas… WTF????????

¿Mande? :O Lo he flipado…. y me he cabreado, claro.

Me da la impresión que la Confederación está a verlas venir…. que es uno de esos países de los que la OMS dice que parece que han tirado la toalla o qué se yo.

Ahora mismo estoy cabreada. :/  Me siento engañada por unas cifras de positivo que, aunque auténticas, no son totalmente realistas.  Me siento desprotegida e insegura. Me siento dejada a mi suerte. :(

Y yo pongo todo de mi parte para cumplir las normas que se me dictan, pero a tenor de la situación mundial, me parecen insuficientes. A lo mejor es que soy masoquista y me gusta que me impongan normas más estrictas…. qué se yo. :(

Vosotros, ¿cómo lo véis?

 

Caminando sobre los árboles (Baumwipfelpfad Neckertal)

Me adelanto a Luy escribiendo este post (lo siento, amore!), pero es que mejor escribirlo cuando aún lo tengo fresquito, que si no las cosas se me olvidan… :P

Hace unos días Luy me pasaba un link de la oficina de turismo de Suiza sobre un sendero para caminar por las copas de los árboles en el Neckertal, cerca de San Gallen; por lo tanto relativamente cerca de donde vivimos.

La cosa prometía y pintaba muy bien para ir este pasado domingo, porque es una atracción casi nueva (se inauguró apenas en mayo de 2018) y relativamente desconocida. Lo que significa que aún no está masificada (y no confío en que se masifique a causa de este blog que ya casi nadie lee, jajaja).

Yo tenía sólo un par de pegas o dudas. ¿Para qué negarlo? No sería yo si antes de que salga el grano no estuviera poniendo el parche y a negativa no me gana nadie, jajaja.

Pega/duda num.1)  «Sendero por las copas de los árboles» suena a algo muy alto y no precisamente ideal para la gente que sufrimos de vértigo o de VPPB….

La altura máxima del sendero es de unos 55 m sobre el nivel del suelo. Sí, está alto, pero no por ello es inestable. COMPROBADO. :D La estructura es de madera, por lo tanto apenas vibra y se menea menos que una metálica. Y en las zonas centrales del sendero, es más estable si cabe, así que si se sufre de vértigo posicional (dichoso VPPB mío), mejor ir por ahí hasta acostumbrarse. Y por supuesto no mirar hacia abajo en plan masoca, jajaja.

Pega/duda num. 2) ¿Hay que caminar mucho para llegar?:

Esto me preocupaba más, teniendo en cuenta cómo siguen sufriendo mis dedos pinrreleicos (qué bonito palabro acabo de inventarme, jajaja). Pero para mi alegría, fue una corta caminata de ascenso de unos 25-30 minutos, no demasiado dura, en un terreno bueno (nada de raíces de árboles, ni piedras sueltas), por el bosque así que se estaba fresquito). La hicimos para subir y para bajar y mis pies terminaron bien ¡Yupi! :D Me costó un poco la subida, porque tras dos meses si andar nada nada (ni para ir a hula, que es en llano), pues noto que no tengo forma física, pero bueno…. llegué con mis pinreles enteritos y bien. Ya me doy con un canto en los dientes….

En esta imagen podéis ver el recorrido andando desde la parada de tren hasta la entrada del sendero (donde pone «tramo 1»). El resto es el recorrido, en círulo, por el sendero sobre las copas:

 

Nuestra planificación fue la siguiente:

  • Medio de transporte:  Obviamente usamos el transporte público.

La SBB tiene además una oferta de ticket combinado en la que te ahorras algo de dinero (20% en el billete del tren y 20% en la entrada al sendero). Más detalles en este enlace: SBB – Neckertal Treetop Trail

 

  • Forma de llegar:  Nosotros elegimos una combinación de tres tramos:

Thalwil – Pfäffikon SZ – Wattwil – Mogelsberg

¡¡Atención!! porque en el último tren, hay que llamar la parada de Mogelsberg (en el tren hay botones para solicitar la parada). Es una cosa que me llama la atención de algunos trenes de Suiza, que tengas que llamar algunas paradas como si en lugar de un tren fuera un autobús, jajaja. Pero funciona. ;)

Una vez en Mogelsberg, nada más bajar del tren, te encuentras con un cartelón del Baumwipfelpafd Neckertal donde te dan la bienvenida y te cuentan que hay una pequeña caminata hasta el sitio. Está muy bien indicado, no tiene pérdida.

La caminata bien, no me resultó difícil y se iba fresquito por el bosque. :)

  • Una vez arriba….:

Arriba cambiamos nuestros tickets de SBB por la entrada al sendero, que normalmente cuesta 15 Chf.

Y empezamos a recorrer el sendero y disfrutar con las vistas (qué vistas!!), los árboles, la naturaleza y lo bien explicado y organizado que tienen todo los suizos….

Ojo, para el sendero por las copas sí hay que pagar entrada, pero en la parte de abajo hay una zona lúdica e interactiva para niños que es gratuita. Una auténtica pasada la de actividades divertidas que les ponen a los niños (y no tan niños). :D

Además, la zona está super bien acondicionada para hacer barbacoas y picnics. Al menos 10 o 15 sitios para hacer barbacoas conté. Y mesas de picnics a porrón…. Es decir, el sitio es ideal para pasar el día, yendo de excursión y barbacoa o picnic.

Nosotros no fuimos tan preparados y directamente nos compramos una salchicha cervelat y un refresco en el pequeño kiosco-bistró que hay allí mismo; por cierto que allí mismo te venden salchichas y los avíos para encender una de las barbacoas si quieres esa otra opción.

  • Otras cosas a tener en cuenta:

– El sendero está libre de barreras, es decir, es adecuado para ir con sillas de ruedas y cochecitos de niños.

– No admiten animales en el sendero (salvo perros de asistencia y perros-guías para invidentes), pero creo que tienen dos «cajas de espera» (Wartenbox) para dejarlos mientras visitas el sendero y has ido con tu amigo de 4 patas.

– Abren los 365 días del año (salvo que las condiciones meterológicas lo impidan), aunque evidentemente los horarios varían de verano a invierno, así que mejor comprobarlo en la web oficial del sitio: Baumwipfelpfad Neckertal

  • Nuestra experiencia:

Vinimos encantados, de verdad. :D

Y no, no nos llevamos comisión por la recomendación, jajaja. ¡Pero es que el tinglao este mola muchísimo! xD

Estamos decididos a regresar en otoño, que con los colores que gastan por aquí los bosques suizos, tiene que estar precioso…

¿Lo conocíais? ¡No seáis sosos y contadme vuestra experiencia con un comentario! :P

 

Sufriendo consecuencias

Imagino que ya habéis leído el post de Luy sobre nuestra excursión/ruta de senderismo de descenso Rigi Kulm a Arth Goldau.

Lo recomiendo totalmente. El post claro… la ruta es bonita, si no confiáis tanto en Google maps como hicimos nosotros y estáis en forma (física y mentalmente) para aguantar las 5 horas de descenso (pensábamos que eran sólo 2h30min).

Lo peor de un descenso así, cuando no se está preparado, son las consecuencias: al final del camino nuestro cuerpo (caderas y piernas principalmente) se negaba a seguir adelante. Totalmente paralizado, como si se hubiera topado con un muro de hormigón y no pudiera avanzar.

Al llegar a casa nos dolía todo: desde las pestañas hasta los pensamientos. xD

Fue cuando nos acordamos que nuestro Villa Poyaque es un duplex. ¡Vaya si nos acordamos en los días siguientes! Cada vez que nos tocaba ir a la ducha o a dormir… Sopesamos seriamente la idea de vivir abajo hasta que las agujetas pasaran; total, tenemos la cocina, un aseo y un sofá-cama abajo. Uhm… maldición… la ducha está arriba… jooo….. :S

Si os soy sincera, para mí las agujetas no eran lo peor. Esas sé que durarían 3 o 4 días… Ah, pero mis pies… :(

Mis pies, sobre todo las uñas de los dedos gordos, me empezaron a doler a las 3 horas de bajada. Al quitarme las botas en casa (1 de junio) vi que me habían salido algunas ampollas y el color de las uñas era rosita, pero un rosita raro. Además las sentía como postizas, como si no fueran mías: daban punzadas (mi corazón se había trasladado a mis pies?) y dolían.

Con el transcurrir de los días y a base de hielo, ibuprofenos y baños de agua y sal, el dolor ha ido menguando (que no desaparecido totalmente), pero la evolución de las uñas ha sido la siguiente: (ATENCIÓN: las imágenes a continuación no son aptas para miradas sensibles, jajaja. Si queréis las saltáis rapidito… :P).

 

A estas alturas logré encontrar un esmalte de uñas de un color casi igual a mis uñas, así que me pinté las demás para que no desentonaran. La carita de los clientes del Migros de Thalwil cuando me veían escoger color y agacharme para comprar con las uñas era un poema, jajajaja. Y seguimos…

Como véis esa última foto es de hoy mismo.

Para los que os lo estéis preguntando, sí, fui a mi doctora a que le echara un vistazo, allá por el día 12 de junio (un poco tarde, lo sé) . Y me dijo que mis uñas estaban siguiendo la evolución normal, es decir, se pondrían negras y terminarían cayendo. xD

La cuestión era saber cuándo y si volverían a salir; que habría que esperar y evaluar. Me dijo también que nada de pintarme esas uñas, supongo que por aquello de seguir la evolución, jajaja. Pero como no me dijo nada de las demás, pues por eso fui en busca de esta monada…

Así que la evolución «uñil» continúa. Obviamente no voy a poneros más fotos por aquí de la evolución, ya os he torturado bastante, jajaja. Sobre todo porque la cosa va para largo. La caída y regeneración de la uña puede llegar a los 6 meses mínimo y yo sólo llevo poco más de un mes y medio.

Pero vamos… la ruta y las vistas preciosas. xD

 

Volviendo a la infancia

¿Coleccionábais cromos de álbumes en vuestra infancia? Yo sí.

Tenía el clásico de David el Gnomo y La vuelta al mundo de Willy Fog, ambos de Danone. Por mi casa rondaba también el de dibujos de muñecas de Sarah Kay (toda una maravilla!) y alguno de la pertinente liga de fútbol (no recuerdo quién lo coleccionaba de mi familia). Sin duda alguna al que tengo más cariño y aún conservo como oro en paño, es uno que nos regalaron en mi cole, llamado «Cádiz, 3000 años de historia«. Creo que de ese no me desharé en la vida… .:_)

Coleccionar estampitas o cromos en un álbum tiene algo de vuelta a la infancia y grandes dosis de emoción. Abrir el sobre, ver los cromos, comprobar los que tienes repes y alegrarte como si no hubiera mañana cuando encuentras ese último que te falta….

Yo, por mi parte, he vuelto a esas emociones. :)  Como lo oís. Jajaja.

Pues sí, amigos… lo que se dice popularmente «a la vejez, viruelas».  xD

Siempre me ha llamado la atención esta muñeca Gorjuss de la editorial Santoro, aunque no fui nunca de tener tazas, bolsos, camisetas con ese dibujo. Ah… pero el álbum… el álbum es otra cosa… ;)

Me lo trajo Luy en febrero de este año como sopresa desde España en una de sus escapadas familiares. Y luego en una visita posterior fui a comprar cromos para intentar completarlo. Aún me faltan algunas estampas.

Por cierto, las anécdotas de entrar a comprar los sobres de cromos a los 42 años no tienen precio… La cara que se les queda a los quiosqueros y estanqueros cuando se compran 10 sobres de estampas y se dan cuenta de que no son para niña alguna («anda, qué feliz va a estar la niña con tanto sobrecito!» me decían), sino para una adulta hecha y derecha, es de risa… xD

Lo malo es que a ver dónde cambio yo ahora las repes que me salgan, porque en Suiza no venden el álbum y apostarse en las puertas de los colegios para cambiarlas levantaría muchas suspicacias hasta en España (hay mucho desaprensivo suelto y ya no es para fiarse).

Y vaya si tengo repes…. todo ese taco que véis es de estampas dobles y hasta triples.

Pero no me preocupa mucho. La ilusión cada vez que abro un sobre de estampas no la vivía desde que Danone dejó de hacernos levantar las tapas de los yogures… xD

¿Habéis vuelto alguna vez de esta manera a la infancia?

 

Recuperando un mueble

Con la mudanza de un piso a otro dentro de Thalwil, una de las cosas que tuvimos que hacer fue limpiar y organizar nuestro keller. Cuando nos fuimos, nos dimos cuenta que en el antiguo keller había un mueble que no era nuestro, ni creo siquiera que fuera de los chicos que ocupaban nuestro viejo piso antes que nosotros.

Era un mueble de cocina de madera, con dos puertas de cristal y dos baldas, aunque el mueble no venía con los apoyos para las baldas. Al menos tenía los boquetitos para ponerlos.

Le pregunté a mi vecina Pía y me dijo que a lo mejor fue de los anteriores a los anteriores, pero no lo tenía claro. Lo que sí sabíamos es que como no pertenecía al inventario de la casa, nos tendríamos que encargar nosotros de él.

En un principio, la opción lógica era deshacernos de él: darlo a algún conocido o llevarlo al Bröcki (versión suiza de las tiendas charity de UK). O ponerle la pegatina para que lo recogieran los de la basura.

Pero nunca fui de opciones lógicas. ;)

Lo miré y remiré y le ví unas posibilidades increíbles. Sobre todo porque no le vi señales ningunas de tener carcoma. Esos boquetitos minúsculos los conozco bien porque los había visto en algunos muebles viejos en casa de mi abuela. Como digo, no vi ninguno. Así que un punto positivo para el mueble… ;)

Al final me lo terminé llevando a Villa Poyaque (pos ya que subes…, pos ya que bajas….), porque en la nueva cocina hay una parte que no tiene muebles altos, y me vendría bien para guardar las tazas, teteras y botes de té.

Ese color madera, sin embargo, no iba conmigo. Era demasiado ochentero y nunca me gustaron los muebles en provenzal, jajaja.

En ese momento recordé un blog que sigo y que tiene transformaciones fantásticas de muebles. El blog de Delanina es uno de mis preferidos para proyectos de DIY. Hace cosas increíbles con muy poquitos recursos y por muy poco dinero, así que los consejos que me dio Nieves, vía email, para este mueble me fueron de una ayuda tremenda. ¡Muchísimas gracias! :D

Y allá que me lancé siguiendo sus sabios consejos, primero a fregotear bien el mueble, quitarle las puertas y desatornillar todos los imanes y bisagras que tenía. También lo lijé suavemente por algunas partes donde la madera estaba más áspera. El objetivo era preparar la superficie a pintar.

Luego me lancé a pintar en un tono blanco (tono neutro, sin mucho brillo). Fueron necesarias varias capas, ya no recuerdo; quizá tres o cuatro, puede que más. Algunas zonas chupaba bien la pintura, otras menos, aunque casi todas esas quedaron en interior donde posteriormente pondría papel, así que tampoco me comí mucho la cabeza repasando (o sí, hasta que me di por vencida…. que soy muy perfeccionista, jajaja).

Las baldas y puertas pasaron por el mismo proceso.

Cuando ya tenía todo pintado, le puse un papel adhesivo al fondo para que hiciera contraste. El papel lo compré en una tienda de la cadena danesa Søstrene Grene que me encanta. Tienen un poco de todo: decoración, lanas y agujas, complementos de cocina y baño, DIY, etc. Hace poco abrieron una primera tienda en Zürich en Rennweg y ahora tiene otra en el centro comercial de Sihlcity.

Llegados a este punto, reatornillé las bisagras y los imanes y coloqué las puertas. Para las baldas compré este cacharro que me ayudó a abrir un poco más los boquetes para los reposa-baldas. Los boquetes originales eran más pequeños que «los cositos» que yo había comprado para apoyar las baldas. Estuvo entretenido usar esta barrena. Es como un taladro, pero a lo manual…. xD

No quería que el mueble estuviera directamente sobre la encimera, así que le atornillé también unas patas que compré en Ikea. Seguro que los fans de la cadena sueca las reconocen, jajaja. Son de 16 cm lo que me permite tener ahora un botellero pequeño justo debajo y aprovechar espacio.

Y ya con las puertas, baldas y patas, el mueble quedó así…. ¡Tachán!

Como véis tengo mis dos teteras, las tazas, los distintos tipos de té y mi kettle bien guardaditos y sin embargo a la vista. Ahora cada vez que tomo un té o una infusión, miro mi mueble y me siento orgullosa de no haber ido a por la opción lógica… ;)

La paulatina transformación del mueble, también me sirvió en mi clase de francés, para explicar lo que había estado haciendo esos fines de semana, jajaja. ¿Por qué siempre preguntan lo mismo en cualquier idioma que estudie una? xD.

¿Habéis transformado alguna vez algún mueble o cualquier otro objeto? Yo, salvo unos CD’s viejos allá por 2006, cajas de cartón, y arreglar con arcilla polimérica mi tostadora… poco más.

Es una experiencia gratificante, la verdad. ¡Totalmente recomendable!