Dos por el precio de una… ;)
El mismo día que visitamos la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, visitamos Bermeo y Getxo por la tarde.
Empezaremos por Bermeo. Es ciudad costera y tiene un puerto muy bonito, rodeado de varios edificios muy interesantes.
Nosotras empezamos a andar por el pantalán. Queríamos llegar ahí al fondo, a esa torre…
Pero el calor era considerable y ya véis que sombra no hay ninguna, así que dimos media vuelta y regresamos al puerto.
Mis acompañantes se tomaron un helado en el puerto (yo fui buena :P). Y tras eso, nos dirigimos a Getxo, ya que queríamos visitar el famoso Puente de Vizcaya o Puente Colgante de Portugalete.
Hay dos maneras de cruzar por el puente.
Una, en esta naveta transbordador, apta para el uso de personas y de vehículos.
La otra andando por la parte de arriba.
Como podéis suponer, los que me conocéis, yo utilicé la naveta… y eso que notaba un poco el balanceo. Pero es que ese día hacía viento a pie de calle… allí arriba, sobre el paseo del puente, a tantos metros de altura, iba a ser peor. :P
Luego vi las fotos de dos de mis amigas aventureras, que sí se atrevieron a cruzarlo a pie, y la verdad eran magníficas. Unas vistas impresionantes… nada comparables a esta sencilla foto, tomada desde dentro…
Cada tique para usar la naveta tiene validez de 45 minutos, y es sólo de ida. Se compran, por lo general, en estas máquinas que están a la entrada del puente.
El viaje en naveta es cortito (gracias a Dios), jajaja.
Una vez realizamos el viaje de vuelta a la otra orilla, nos dimos cuenta de que ya no nos iba a dar mucho más tiempo a visitar mas cosas en Getxo.
Teníamos que regresar en coche hasta Bilbao. Al fin y al cabo, el día nos había cundido muchísimo y habíamos visitado tres sitios distintos.
Además, ya sabéis que siempre hay que dejar algo para la próxima vez… :P
¡¡Que chula la naveta!!
Sí, una pena que no nos diera mucho tiempo a explorar Getxo, porque tenía una pinta estupenda…