Como siempre a principios de un año nuevo (o de un curso nuevo, que no es lo mismo) aparecen rodando a la vuelta de la esquina los propósitos de cambio.
Lo cierto es que, en nuestro caso, de momento la incertidumbre domina los primeros meses de 2012.
Hemos decidido cambiar de piso, y siguiendo el procedimiento (3 meses de antelación) dimos el aviso antes de irnos de vacaciones. Así que ahora toca buscar. Y espero encontrar algo pronto, que ya me veo durmiendo con mis cosas en la Bí¼rkliplatz, haciéndole compañía a los cisnes del lago… XD
Mis clases de alemán acaban el 1 de febrero. El nuevo convenio de la academia de idiomas con la empresa de Luy, no cubre más allá del nivel 4, en el que estoy actualmente. Así que a no ser que hagan una excepción, tendré que buscar otras opciones para seguir aprendiendo alemán.
Como véis, proyectos, lo que se dice en firme, no tenemos. Al menos yo, no.
Todo anda pendiendo de un hilo. Como en el último año de mi vida, tengo la sensación de andar a salto de mata, en la cuerda floja y sin red de protección. Y sé que al final todo sale bien, pero no se me puede pedir a mí, que lo quiero tener todo sobre seguro, que no me preocupe.
Entonces, dejaría de ser yo. ;)
¡Ánimo Ociore! A veces ayuda escribir un “worry book” con tus preocupaciones, una vez escritas parecen menos… y recuerda que hagas lo que hagas y por mucho que cambies, nunca dejarás de ser tú :-) Besos