Llevaba ya un tiempo antojada de volver a bailar flamenco.
Lo bailé en su dí­a en el colegio como actividad extraescolar, pero la verdad eso fue hace muuuucho tiempo y ya casi no recuerdo nada.
Luego en Londres me dió la vena flamenca y me entraron unas ganas tremendas de ir a clases, pero siendo yo como soy (para que negarlo, flojilla y dejá), pues como que pasé un poco de ponerme a buscar clases de baile.

Aunque las ganas seguí­an aún…

Y me he liado la manta a la cabeza y me he apuntado a las clases de invernales de flamenco para principiantes (ya digo que no recuerdo ni un paso) que dan los lunes en el Dance House (Foley St., Dublin 1).

Ayer acabé molí­a. No recordaba que fuera tan difí­cil mantener el equilibrio del cuerpo y evitar que se balanceara tanto cuando se hace la secuencia de punta – tacón, punta – tacón.
Lo peor…. los ejercicios de brazos: madre que oxidada estoy!!!! :S. Ya en el calentamiento del principio escuchaba mi hombro crujir una y otra vez, con cada movimiento circular. Pero eso de estar 10 minutos brazos arriba moviéndolos, siempre me dejó echa polvo… ahora que soy más vieja me deja para el arrastre… :(.

Pero me lo pasé genial y me relajé un rato. Espero que me sirva para liberar un poco de estrés. :)

Aprovechando la coyuntura, y que durante las vacaciones decidí­ en firme asistir a las lecciones, me compré en Cádiz unos zapatos de baile (calidad semi-profesional). Como estaban de rebajas, y los compraba en la tierra propia, me salieron baratitos. :)

Son muy monos y no hacen nada de daño!. Ahora ya sólo me falta la falda de lunares… jejeje.

(Pongo la foto de los zapatos aquí­ a ver si gano más adeptos si cabe entre aquellos fetichistas de pies)… XDD