Llegado el sábado, día de descanso para los que trabajamos, decidimos ir de excursión.
El pueblo elegido fue Bath.

De origen romano, se encuentra a una hora y media de la estación londinense de Paddington. Nada más llegar allí, entramos en la oficina de turismo que se encuentra en la plaza de la Abadía. Allí nos enteramos que voluntarios de la ciudad, organizan recorridos guiados por los puntos más importantes de la ciudad; ni cortos ni perezosos, nos unimos a uno de estos grupos, dispuestos a enterarnos de cositas sobre la ciudad durante las dos horas de recorrido.
Una vez acabada la visita, empezamos la excursión a nuestro libre albedrío… empezamos por los baños romanos que hacen famosa a la ciudad.
Estaban muy bien cuidados, y eran bastante grandes. Esas dos cosas, junto con las audioguías que nos agenciamos (gratuitamente y en español), hizo que nos enteraramos de muchas cositas… aunque a veces metían un rollo….



Después tocó hora de comida, la cual «algunos» aprovecharon para dar de comer a las palomas, eso sí… siguiendo la técnica del lanzamiento de miga de pan al contrario (o sea nosotras dos, Ana y yo). El resultado: baile de palomas de un lado al otro del banco… todas desnortadas, pensando dónde iba a caer el próximo trozo de pan de molde.

La siguiente parada turística fue la Abadía. A me me encantó, sobre todo la fachada, con sus ángeles subiendo y bajando por las escaleras. La Abadía esta construida sobre los restos de una iglesia de origen normando, de hecho queda aun un arco datado de esas fechas. El por qué suben y bajan los ángeles por la fachada se debe a que ésta es una alegoría al sueño que tuvo el fundador de la Abadía: soñó con ángeles contruyendo una iglesia entre el cielo y la tierra…. y decidió que así lo haría.
Dentro es bastante luminosa, tiene unas vidrieras impresionantes. A mi me gustó en especial una de las capillas… una llamada «de Getsemaní». Estaba cerrada porque habían roto los cristales de las vidrieras desde fuera tirándoles piedras (en todas partes hay vándalos… :S), pero me las apañé para hacerle fotos al interior desde la cancela.



En nuestra previa visita guiada de dos horas, habíamos pasado por lo que los habitantes de Bath (como se llamarán: Batheños?, Bathenses? … B(W)atheres?? ;) ), mostraban con orgullo por ser la casa de Sally Lunn.
Ni idea de quién fue esta señora, o qué hizo cómo para que mereciera una casa museo… pero bueno. Nos animamos a ir a visitarla cuando descubrimos que por lo visto es la que trajo la receta de los bollos «brioches» a Bath. Con el cachondeo, terminamos metiéndonos en un mini museo de 4×4 metros, donde a través de unas ventanas acristaladas se recreaba el horno donde se suponía que la chica en cuestión horneaba sus bollos… no voy a comentar nada de la cabeza (cabezón más bien) que le habían puesto a la muñeca que recreaba a la susodicha Sally Lunn, ni tampoco diré nada del cartel a modo de indicación de «estalactitas y estalacmitas» en una de las ventanas acristaladas… amén del olor a moho que había. :S
De todas formas, aprovechamos la oferta de 3 x 4 brioches, y posteriormente nos zampamos uno a la salud de Sonia (a veces tu alergia es una bendición… jejeje… sobre todo para los demás…).






Y después de dar un paseillo por la ciudad, decidimos que era hora de regresar a casa….


¡¡Recomiendo la visita a la ciudad sin lugar a dudas!! :)
Ningún comentario a los fornidos hombres que mostraban su masculinidd y su olor corporal tras el partido de Rugby?? Nada sobre la siesta en el Starbucks? Creo que ocultas datos… :P
Una bonita ciudad si, quien diria que en uk tambien hay sitios bonitos… eso si una idea me llevaba rondando la cabeza desde que empecé a leer este post ya era hora de que fueras al «bath» (humor zordoriano :S)