No, no, esto no va del ejercito… va de flamenco ;)
Hace ya casi dos años me apunté a clase de flamenco, aunque a decir verdad, no me lo tomé muy en serio.
Iba un día sí, tres no… hasta que al final casi que dejé de ir. Se junto tb con lo de mi padre, así que para cuando tuve ganas de regresar, el grupo había cambiado de nombre y de estudios.
Menos mal que mantenía (mantengo) el contacto con la profe, y me puso al día. Ahora se llaman El Indalo, y hasta ayer, prácticamente, se reunian para las clases en el YMCA.
A mí el YMCA no me terminaba de convencer: el suelo no era antideslizante sino parqué (que raro ver esta palabra escrita XD), así que con lo patosa que soy, cada vez que le daba al punta-tacón aquello terminaba siendo una clase de gimnasia deportiva (por que las piernas se ve resbalaban y casi me abria entera… XD).
Además los espejos no llegan hasta abajo del todo, así que te pones muy cerca, el zócalo te corta los pies (cosa chunga cuando trabajas mayoritariamente con ellos…).
Resumiendo, que regresé a las andadas y volví a escaquearme.
Pero la espinita quedó clavada. Y tras varios intentos fallidos (qué bien se está en el sofá de casa…!) ayer regresé.

Natalia fue buena conmigo y no nos puso mucho ejercicios de brazos. Los odiaba ya de chica en las clases extraescolares…. eso de coge manzana-come manzana-suelta manzana, no está mal por unos minutos, pero cuando llegas al cuarto de hora así te quieres morir…! XD
En fín, que disfruté mucho aprendiendo la técnica del tango (el flamenco, no el argentino :P) a ritmo de Estrella. :)
Y encima a partir de la semana que vienen tienen nuevo estudio cerca del O2 Arena, esta vez creo que con suelo de los que me gustan… :D. Me consta que no duraré mucho, peor bueno, nunca es tarde si la dicha es buena (aunque sea corta).
PD: Ah, si… lo del título… aire = cuerpo, tierra = pies. ;)