Una de las cosas que me llaman más la atención del verano suizo son las tormentas de verano.
Aún viniendo de un sitio de sol y calor estivales como es Cádiz, esto de las tormentas de verano es algo que no viví hasta que no vine a Suiza. Miento…. durante mi curso de Erasmus también me tocó alguna vez refugiarme bajo las calles porticadas de la ciudad roja debido a una inesperada lluvia de agua y granizos. Pero en Bologna apenas las sufrí hasta un 1 de Julio….aquí en Suiza ya van para algunos años y no dejan de sorprenderme. ;)
Un factor determinante para estas tormentas de verano es el calor. La gente tiende a pensar que en Suiza, no hace tanto calor como en los países sureños… que vengan y este vivan húmedo y pegajoso… luego que me cuenten ;)
Aquí, te puede amanecer un día de verano perfecto, bien clarito, cielo azul y ni una nube. Puede incluso que por la mañana se esté fresquito.
Luego, conforme pasan las horas del día, el calor y la humedad aumenta… y aumenta… y aumenta… hasta que se hace casi insoportable. Y es entonces, casi siempre por la tarde o cuando ya va a anochecer, que empieza a levantarse un airecillo que trae nubes y encapota el cielo.
Ese es el primer signo… el viento y el nublarse del cielo.
El segundo… el ruido. Cuando ya está lo bastante encapotado el cielo como para subir el toldo de la terraza (si estás en casa; si estás en la calle y te lo dejaste extendido, dios te pille confesado….), entonces empiezas a escuchar los truenos acercándose. Esta parte puede variar en duración… bien media hora o más, bien unos minutos nada más (si es que la tormenta no viene hacia tí, sino que se ha formado directamente encima del sitio donde estés).
Junto con los truenos, empiezas a ver los rayos… y entonces, empiezan a caer las primeras gotas de lluvia. Primero una aquí, otra allá, de tamaño medio.
Luego empiezan a caer más seguidas hasta que caen en tromba. El olor a petricor es intenso. :)
Puede que incluso granice. He visto granizar desde bolitas tipo granitos de saquito de gel de sílice, hasta canicas. Hasta ahora no he visto caer pelotas de golf o de tenis… hasta ahora. ;)
Se supone que la duración de una tormenta es de una hora como mucho. Sin embargo, el miércoles pasado me tocó esperar en mi Coop Bau&Hobby local, más de 1.5h a que al menos pasara lo peor, para poder regresar a casa.
La tormenta se formó, directamente sobre Thalwil, justo cuando me dirigía a caja a pagar las plantas y para cuando quise salir de la tienda había empezado a llover goterones gordos…. :S.
Yo llevaba zapatos de esparto y no era plan de mojarlos y estropearlos. Hasta la gente que entraba en la tienda con zapatos tipo tenis cerrados venían con los pies caladísimos… :(
Yo decidí esperar. Otra chica que llevaba un calzado parecido al mío, decidió que iba a salvaguardar los zapatos, metiéndolos en su mochila y caminar descalza.
Yo aún no tengo tanta querencia a sentir el asfalto bajo mis pies…. ni a llegar a casa con las plantas de los pies directos para pasar bajo la lejía y el estropajo… xD
El caso es que las tormentas de verano es de lo más habitual en este país. A mí me siguen pillando aún de sorpresa a veces. Pero aún así, son agradables, porque refrescan el ambiente mucho.
Y si se pueden disfrutar desde casa viendo llover desdre dentro con una copichuela o un heladito, se disfrutan mucho más. ¿Verdad? :D