Pues hace ya una semana que nos fuimos a Lugano.
Si en lugar de venir a Zürich, nuestro destino hubiera sido esta ciudad, sin duda las cosas serían distintas para mí. :)
Aquí se habla italiano, el carácter es más amable (dentro de lo que puede ser el carácter suizo) y encima es la región más barata dentro del país. G-office ya!!! :P
Si en Berna nos llovió ligeramente, en Lugano nos hizo un sol de justicia…. y calor, muuuuuuuuucho calor. Hubiera deseado tener el bañador puesto ese día, para darme un chapuzón en el lago.

El camino a Lugano desde Zürich se hace un pelín pesado. Son casi 3 horas en tren, bordeando los Alpes, así que quien más o quien menos de nosotras, terminamos algo mareadas. Sobre todo a la vuelta a casa, donde Patri lo pasó peor…. :( Pero merece la pena. ¡Los paisajes por el camino son impresionantes!
Una vez llegados a la estación de tren de Lugano hay que bajar a la parte vieja de la ciudad en funicular (que no es lo mismo que telesférico, ojo). Allí, en la parte vieja, el sabor italiano lo inunda todo… las salumerías, las calles porticadas, las heladerías, etc. Para mí fué casi como regresar a Bologna.



Sin lugar a dudas, lo más destacado de nuestra visita a Lugano fué la excursión en barco que dimos por el lago. El Swiss Pass que llevaban mis amigas incluía el barco, y yo tenía la HalbTax, así que no lo dudamos un momento.


Se nos hizo agradable el paseo, por la brisilla lagunil, y porque íbamos preguntándonos a cada rato dónde estaría Villa Favorita, la que fuera residencia de la baronesa Thyssen. Tanto nos lo preguntamos, que el contramaestre del barquito nos lo señaló, al mismo tiempo que nos decía (no sin cierto rintintín en su voz) «la baronessa, la baronessa….». Al parecer, Tita no les gusta ni un pelo. Imagino que haberse casado con el barón Thyssen, y haber tenido un peso importante en la decisión de éste de llevarse la colección de cuadros de Lugano a España, tiene algo que ver….


AquÑ si que tengo ganas de ir… por eso de que se parece menos a suiza jaja :D
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