Así es como estoy.
Ayer hacía un sol hermoso y caluroso en Zürich, y hoy sin embargo, llueve con un cielo cerrado que da miedo, la tormenta la tenemos encima de casa y no parece que vaya a acabar nunca.
Y no sé si será eso, o que me rondan infinidad de cosas por la cabeza (ay, yo y mis listas mentales…) pero el caso es que no me concentro en nada de lo que hago o debería hacer.
Llegamos el lunes de Londres. Mañana volvemos a salir de viaje (Francia esta vez, y para una reunión familiar) y yo ya estoy cansada de hacer y deshacer maletas. Mi amiga Lourdes me dice que soy un caracol, y me voy a creer que lo soy de verdad; si no con la casa, sí con la maleta a cuestas de aquí para allá.
Mientras, yo sólo quisiera asentarme, volver a mi rutina, hablar el idioma, tener mi trabajo, y quejarme de que mi vida es monótona.
Tengo que hacer maleta, escribir varios post que tengo en el tintero, repasar mi tarea de alemán… pero sólo quiero cerrar los ojos y despertarme de una vez por todas de este sueño.