Londres no deja de cambiar día a día. Desde luego su ritmo es frenético y trepidante incluso en lo que a demolición y construcción de edificios se refiere.
Mi recuerdo a Leicester Square estaba ligado a un Starbucks enorme en el que solía quedar a tomar café con mi amiga Ana, y a un reloj suizo con figuras y distintas campanas que tocaban varios sones según la hora que marcaba.
La cafetería desapareció nada más irme a Dublín, y ahora, en lugar del centro suizo con su reloj hay una tienda enoooorme de M&Ms.
Im-presionante, yo tengo como 50 fotos dentro del bicho ese… Pero no es lo mismo, que lo derrumben y repongan el reloj!!