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Sobre cómo quedarse «encerrados» fuera de casa.

í‰rase una vez que se era, dos chicos (bueno una pareja de chico y chica), que se habí­an trasladado a vivir a otro paí­s.

Habí­an encontrado piso, habí­an pedido que sus cosas fueran llevadas desde el almacén donde las custodiaban hasta su casa, y en las semanas siguientes, habí­an estado redecorando la nueva casita.

Como ya habí­an conseguido vaciar gran parte de las cajas (salvo las de la ropa), decidieron un dí­a bajar las cajas a los contenedores de papel y cartón, porque aunque jóvenes, eso del reciclaje les gustaba.

Y sucedió que cuando ya se encontraban fuera, una tarde de martes, la puerta del pisito se les cerró. «Llevará la llave ella», pensó él. «Llevaré la llave yo», pensó ella. Y de repente, mientras veí­an cómo la puerta se iba cerrando poco a poco, cayeron en la cuenta de que ninguno de los dos llevaba llave, que la puerta era automática, y que si las llaves estaban dentro y ellos fuera… mal asunto.

Después de tirar las cajas (al fin y al cabo habí­an salido de casa para eso, y a ellos les gusta reciclar… lo he dicho ya?)… pues, después de tirar las cajas, uno de ellos (en este caso… una) se quedó dentro del pasillo de la entrada, cual guardiana (o portera, según se mire), para abrir al otro, mientras este otro iba a preguntar al conserje si éste tení­a llave maestra. (Ilusos ambos dos de la pareja…)

Sucedió que como no habí­a llave maestra, tendrí­an que llamar al cerrajero. Pero tras varios intentos, resultó que el cerrajero no podrí­a llegar hasta por lo menos las 23h. (a todo esto… eran las 20h). La estampa no podí­a ser más singular:
í‰l, sin móvil, pero en zapatillas. Ella, más compuesta (una nunca sabe quién puede encontrar junto a los bidones de reciclaje…), con móvil pero sin llaves.

Tras varias idas y venidas al consejerí­a por parte de él (recordemos… en babuchas) , y tras varias veces de ejercer asimismo de «portera» de ella… consiguieron que viniera un cerrajero que estaba más cerca, y que «sólo» tardó en llegar unos 35 minutos (cuando llegó eran las 21’15h). Al menos no llegó a las 23h!!

El trabajo fue de lo más sencillo. Apenas minuto y medio de forcejeo con la puerta (aunque en la factura pone que fueron 10) y ésta abrió sin necesidad de tener que forzar y/o cambiar la cerradura.

Moraleja: nunca, nunca, nunca salgáis de casa sin colgaros las llaves del cuello. XDD

2 pensamientos en “Sobre cómo quedarse «encerrados» fuera de casa.

  1. Voy a extraer la moraleja de esta historia:
    1. Reciclar es malo
    2. Confiar en la memoria de Ro es malo
    3. Salier en babuchas no es buena idea.
    4. Hacer un curso para robar coches y casas en ocasiones puede ser bueno.

  2. Quién ha visto mi nombre en este relato? He hablado de una pareja sin mentar a nadie… XD
    Ana, sabes que que primer cerrajero que la pareja llamo, sugirio la idea de saltar al balcon escalando por las ventanas? Idea totalmente alocada, porque todo se abre desde dentro! XD
    Ademas, escalar en babuchas… o yendo arreglada… como que no… ;)

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