En Monte Fuji, la siguiente parada en el camino, decidimos descansar y tomarlo con calma.
Disfrutamos de las vistas de camino a Kawaguchiko y su lago, todas dominadas por el Fuji, que incluso con nubes impresionaba…


Disfrutamos también del baño con vistas




Y hasta jugamos al bingo. Menos mal que iban escribiendo los números en una pizarra, porque los números en japonés son peor que en alemán… :P

Descubrimos que las reglas de bingo japonesas son distintas a las españolas. Allí un bingo es una línea española, pero no nos enteramos hasta un par de días más tarde, cuando le preguntamos a nuestro amigo Zordor. Si llego a saber en ese momento que incluso sirven las líneas verticales y diagonales me hubiera llevado un premio (mi tarjeta era la verde)… :S

El personal del hotel nos deleitó con un espectáculo de tambores. Reconocí a la chica que nos ayudó a llevar las maletas a nuestra habitación. Por el tamaño de sus brazos y la fuerza con la que golpeaba el tambor, hice bien en no meterme con ella… xD


Y al día siguiente dejamos Fuji con un cielo despejado sobre el monte.


Nos llevamos nuestros propios montes Fuji, comestibles…. :)

Aún no las hemos probado, así que no tenemos ni idea de cómo saben estas galletas (creemos que son galletas)
Vimos campos cultivados y cosechas recogidas.


Y tras el viaje, llegamos de nuevo a Tokyo, nuestro destino final. :)