… no dominguea, o eso pensamos los gaditanos.
Lo cierto es que los últimos temporales de viento han durado varias semanas, y esa afirmación no hemos podido aplicarla.
Y ya llevábamos una semana tranquilitos sin viento, cuando ayer saltó el levante de nuevo que nos tiene «ensirocaos» perdíos… De mal humor y a la que salta andan algunos. Otros entortaos y con una torrija encima que pa qué (será que estamos en cuaresma con las torrijas XD)… y otros con dolores de cabeza provocados por este viento que no deja ni dormir ni descansar.
Salir a la calle es una aventura: o te metes algo de peso en los bolsillos o sales volando. Hoy me he venido a casa de mi madre cargando en la mochila con una botella de aceite de 5 litros; iba estupendamente… vamos a ver ahora que regrese a mi casa de vacío (estoy pensando llevarme de vuelta la botella de aceite, jajaja).
Las macetas son un peligro inminente, y de las cornisas ni hablamos. Ayer escuché más sirenas de bomberos en la calle que si hubiera habido un incendio. Las salidas de los bomberos son más frecuentes en Cádiz por los vientos de levante que por los fuegos… para qué quemarse las cosas cuando puede ser mejor espectáculo que salgan volando por lo aires en su sentido más literal… XD
Recuerdo cuando era chica la puerta trasera de mi colegio, por donde entraban los coches de los profes, totalmente doblada en forma de 8. Era de hierro y podía medir más de 3 metros… una locura de viento!
En mi época de instituto, al que iba caminando, tuve que dar una mañana un rodeo de la muerte porque una grúa de una obra cercana se había caído en mitad de la avenida principal a causa del viento. Había caído durante la noche sobre varios vehículos cortanto la circulación, que gracias a Dios a esas horas no era fluida. Debajo de la grúa, aplastado como un mosquito, un Renault 19 Chamade nuevecito y reluciente… pobre dueño, le tuvo que dar un soponcio seguro.
A ver si al menos esta vez el refrán hace honor a la sabiduría popular y no dominguea, lo que significa que duraría poco… :S