Javier Ruibal es uno de esos músicos, que más que componer canciones compone poesía. Me enamoré de sus canciones cuando oí por vez primera Reina de Isla Mujeres, de su disco Las damas primero, allá por el 2003, cuando hacía la Erasmus.
A lo largo de estos más de 5 años fuera de Cádiz su música me ha acompañado siempre y me ha acercado a ese rinconcito de la Bahía donde dejé mis primeros años de vida. En sus canciones reconozco el Callejón del Tinte, la Caleta, el mar de la bahía cuando lo cruza el vaporcito…
Aún siendo de El Puerto (de Santa María) está muy vinculado a Cádiz, y por eso fue incluso pregonero del Carnaval no hace mucho. Aunque él empezara como otros tantos cantautores en Madrid, en tantas de esas salas pequeñitas llenas de humo de tabaco y al calor directo del público.
Yo nunca había ido a ninguno de sus conciertos. Hasta ahora. :)
Resulta que, como una de las coincidencias de mis vacaciones en Cádiz, he podido disfrutar de uno de sus conciertos en el Café Teatro Pay Pay.
Sus canciones lentas son de las mejores, de las más hermosas y delicadas. Todas me gustan, aunque si tuviera que elegir me quedaría sin dudar con Aurora, Toda la mar por delante (me recuerda a mi padre, al que le gustaba tanto el mar…) y la preciosa Para llevarte a vivir. :)
«De lo dicho sin pensar,
de lo que callo y no digo,
de las cosas por pasar,
de las trampas del azar,
de las cartas del destino,
tengo un lápiz colora’o
con un librito guarda’o
para escribirlo contigo.
Si la suerte inoportuna
te jugara una encerrona,
si no hay salida ninguna,
si la gracia y la fortuna
se apartan de tu persona,
tengo un farolillo verde
por si de noche te pierdes
y la luna te abandona.
Tengo la rosa de oriente,
el oro del sol naciente
y lo que quieras pedir.
Tengo el mapa del tesoro,
tengo el palacio del moro,
para llevarte a vivir.»
(Javier Ruibal. Lo que me dice tu boca. 2005)