Hoy tengo una sensación familiar, como si hubiera regresado a mi infancia.
Me gusta mirar por la ventana la gente que pasa por la calle, los coches en la carretera, las bicis, el tren… Me gusta mirar por las ventanas, como cuando era pequeña. Fijando mi atención en un punto imaginario e invisible, y sintiendo como todo gira y fluye entorno a él.
Me gusta mirar por la ventana desde que era pequeña. Ahora ha clareado, hace sol, ya no llueve. El cielo tiene un celeste claro, invernizo diría yo. El sol refleja una luz pálida que languidece a estas horas de la tarde. Me ha venido a la memoria esas tardes de octubre, cuando regresaba del colegio y mi madre me daba de merendar. Cuando después de hacer la tarea, me comía el pan con chocolate y me ponía a mirar por la ventana que daba al patio, observando como los otros niños de mi bloque jugaban allí, contando los minutos para reunirme con ellos también.
Me gusta mirar por la ventana… siempre me ha gustado. Me relaja, me distrae. No es que lo haga para inmiscuirme en la vida de nadie.. Curiosamente, mirar a los demás a través de mi ventana, es algo que siempre ha hecho que me concentre en mi propia vida, en mis pensamientos, en mis sentimientos..
Me gusta mirar por la ventana…. :)