Cada vez que bajo al cuarto de los buzones me acuerdo de esta canción de «El Ultimo de la Fila» (En los árboles. Albúm: Como la cabeza al sombrero.1988):
«A veces escribo cartas para no sentirme atado,
para no aferrarme a remilgos que yo quisiera abolidos
de mi vida. De mi vida.
Y pinto de colores los sobres. En el remite soy un enigma.
Espero siempre una respuesta para sentrime querido
como los niños chicos. Como los niños chicos.»
Mi buzón tiene telarañas… ya ni las de publicidad recibe… ni las de los antiguos inquilinos de este piso… :(
Mi buzón tiene hambre, tiene nostalgia de sobres…
Mi buzón se aburre, se muere de hastío…
Mi buzón me saluda con un «otra vez sin nada» cada vez que meto la llave en su cerradura…
Pero yo sigo esperando…
«Mensajes que llegaran, papeles envolviendo una piedra.
Mensajes de cariño que rompí eran el cristal de mi cuarto.
Quién pudiese ingerir un fármaco precioso…,
Convertir en realidad todos esos sueños.
Cartas que me dijesen cosas bonitas
como que vendrás a maullarme de contraseña en la madrugada
bajo mi ventana. Bajo mi ventana.»